El terremoto de 7,8 grados, de más de un minuto de duración y considerado el peor en el país andino en 40 años, devastó de sur a norte la costa del país, dejando además un gran número de edificios reducidos a escombros, carreteras reventadas y edificios colapsados en zonas de alta concurrencia de turistas
Al menos 507 muertos, 2.560 heridos y unos 1.700 desaparecidos deja por ahora el potente sismo que el sábado sacudió la costa ecuatoriana, según el último balance ofrecido este martes por Diego Fuentes, viceministro del Interior.
«Hasta el momento hay 507 personas que están fallecidas y aproximadamente 2.560 personas que están heridas», aseguró a periodistas en Quito el viceministro.
«Tenemos 2.000 registros de personas que están siendo buscadas, pero ya hemos encontrado a 300», agregó.
Fuentes explicó que el ministerio ha creado una plataforma para que las personas «que tengan una necesidad de búsqueda puedan generar un registro» para que las autoridades traten de localizarlas.
«Esto no es todavía oficial, hasta la tarde podremos dar una cifra oficial de personas estrictamente desaparecidas».
El sismo, de 7,8 grados, de más de un minuto de duración y considerado el peor en Ecuador en 40 años, devastó de sur a norte la costa del país, dejando además un gran número de edificios reducidos a escombros, carreteras reventadas y edificios colapsados en zonas de alta concurrencia de turistas.
Lento rescate…
La rabia y la impotencia crecían este martes entre los sobrevivientes del potente sismo en Ecuador, con lamentos por la lentitud en la llegada de los socorristas a las zonas destruidas por la catástrofe, que deja ya 480 muertos, 2.560 heridos y unos 1.700 desaparecidos.
«El rescate ha sido muy lento y se han perdido vidas valiosas. Nosotros los familiares hemos estado aquí desde el sábado por la noche», exclamó Pedro Merro, cerca del mercado municipal de Manta, en la golpeada provincia de Manabí.
Su prima desapareció al colapsar la estructura del tres pisos junto al mar en esta ciudad, una de la más afectadas por el terremoto de magnitud 7,8 grados que en un minuto devastó el sábado la costa del país andino.
Bajo un sol abrasador, el olor de los cuerpos en descomposición se vuelve más fuerte a medida que pasan los días en esta localidad de 253.000 habitantes. Un centenar de cuerpos fueron retirados de los escombros. Pero el número de desaparecidos se desconoce.
Luis Felipe Navarro, propietario de un edificio en ruinas cerca del mercado, está convencido de que hay personas vivas entre el amasijo de hormigón y acero. «He recibido mensajes a mi teléfono. Me dicen que hay diez en una especie de cavidad. Pero los equipos de rescate no me escuchan».
«Tenemos 2.000 registros de personas que están siendo buscadas, pero ya hemos encontrado a 300. Esto no es todavía oficial, hasta la tarde podremos dar una cifra oficial de personas estrictamente desaparecidas», aseguró el viceministro del Interior, Diego Fuentes a periodistas en Quito.
El sismo dejó además 805 edificios reducidos a escombros, carreteras reventadas e infraestructuras colapsadas en zonas de alta concurrencia de turistas.
Bajo los escombros quedan todavía muchas personas atrapadas.
Además, 2.959 personas han sido trasladadas a albergues.
AFP