Estaba prevista la realización de una gigantesca movilización de masas en Caracas, que sería replicada en el interior del país, con el expreso propósito de exigir la renuncia del Presidente de la República
En contraposición a lo previsto inicialmente, la MUD terminó realizando el acto de conmemoración del 19 de Abril en un sitio cerrado conocido como La Gallera, un galpón ubicado, como tiene que ser, en el lado Este de la ciudad capital.
Galpón adentro
Previamente había sido anunciado en voz de su oráculo más desacertado, el inefable diputado mirandino Freddy Guevara, que para esa histórica fecha estaba prevista la realización de una gigantesca movilización de masas en Caracas, que sería replicada en el interior del país, con el expreso propósito de exigir la renuncia del Presidente de la República, porque, según él, la situación que vive Venezuela se torna cada vez más inaguantable, siendo la salida de Maduro de Miraflores, la única manera de superar la crisis que padece el pueblo venezolano; al fascista diputado sólo le faltó indicar que ese es el mandato de las élites yanquis, a quienes Bolívar, por cierto, denominaba como los americanos del norte.
Tal despropósito táctico conllevó a los voceros oficiales de la alianza opositora, Ramos Allup y el Chúo Torrealba, a declarar que lo que estaba planteado para ese día era la realización de un Cabildo Abierto en el cual el pueblo tendría la oportunidad de hacerle sus requisitorias al, por ellos, calificado, deficiente gobierno nacional.
El evento y sus incidencias, en sí mismo, no tendrían mayor significación si no fuese por el hecho, por demás relevante, de que todas las jornadas de masas que se plantea la oposición desde el momento que tomó posición de la Asamblea Nacional no pasan de ser actividades con muy baja asistencia, tal es el caso del mitin convocado para el 23 de enero en la Plaza Brión de Chacaíto, la marcha-concentración del 12 de febrero en la calle Élice de Chacao, la concentración en la Avenida Francisco de Miranda. Y ahora, este Cabildo Abierto en el que algunos militantes de base opositores coreaban, en las afueras del local en que se llevó a efecto, ¡queremos calle, no queremos galpones! Pero la dirigencia mudista procedió a realizar su cabildo ¡galpón adentro!
…pero sin calle
Y es ese dato de la realidad política el que hay que resaltar, la manifiesta incapacidad de movilización de masas que caracteriza a la paraoposición venezolana, precisamente en esta crucial coyuntura en la cual tiene planteado derrocar al gobierno bolivariano a través de un golpe “suave”, parlamentario, contando con el control que ejerce de la Asamblea Nacional y, por supuesto, con toda la campaña de caotización del país que tiene orquestada con la burguesía apátrida y el imperialismo yanqui; pero, esa tramoya al no contar con la calle, es decir, con el pueblo movilizado ni con el pueblo armado, es decir, con la FANB, no tiene posibilidad real de concretarse, para desespero de los americanos del norte que han aplicado este mismo modelo en diferentes países con resultados inmediatos.
El diputado Guevara, en más de una oportunidad, ha clamado por la presión de calle y esta no termina de hacerse presente, salvo las aisladas acciones de protesta, nada espontáneas, que jóvenes militantes de su organización política, Voluntad Popular, y de otros grupos ultra-radicales, han acometido sin mayor resonancia aunque con saldos trágicos en vidas humanas (como es el caso de los dos jóvenes policías atropellados con un autobús en San Cristóbal) y en el deterioro de bienes públicos.
Esta agrupación política, inspirada en el método del agente estadounidense Gene Sharp, concebido para desestabilizar y derrocar por la “vía pacífica” (incluida la manipulación psíquica y comunicacional), a gobiernos no afectos al imperialismo norteamericano, está empeñada, en aras de la recolonización del país, en desencadenar una confrontación social interna sin parar mientes en las consecuencias que tal despropósito le ocasionaría a la patria venezolana. Y el resto de esa dirigencia opositora, esa es su naturaleza, no aguanta dos pedidas para dejarse embaucar por los planes desestabilizadores y violentos de las huestes lideradas por el inquilino de Ramo Verde.
Llave pero no maestra
Los opositores venezolanos, obsesionados por la idea de reconquistar el poder político, creyeron que con el control de la Asamblea Nacional ya tenían la llave maestra con la que alcanzarían el acceso inmediato a Miraflores, de allí el reto temerario e irresponsable de Ramos Allup de dar un plazo de seis meses para la salida de Nicolás Maduro de la Presidencia de la República; se engolosinaron y junto con ellos sus mandamases norteños, calcularon que la abrumadora cantidad de votos obtenidos el 6D era una patente que se les otorgaba para arremeter contra la CRBV y para acabar, en consecuencia, con la institucionalidad del país.
Producto de la ambición y del desconocimiento de la realidad socio-política de la Venezuela contemporánea hicieron una lectura equivocada de esos resultados electorales, pues, el desarrollo de los acontecimientos indican que la mayoría de quienes votaron por los candidatos opositores no lo hicieron en función de atentar contra la institucionalidad sino por el contrario con vistas de que esta funcionara plenamente, es decir, para que el Poder Legislativo ejerciera su correspondiente labor contralora del Ejecutivo, constitucionalmente establecida, pero no para que arremetiera contra los otros poderes y menos para que asumiera como su tarea principal salir de Maduro a como dé lugar.
Sin eco
Sí, la sociedad venezolana en estos momentos vive una situación bien compleja, de ello no hay la menor duda, las causales de la misma pueden ser ubicadas en función de los enfoques de cada quien o de cada sector, pero el pueblo afectado a lo que aspira es a que se generen soluciones, básicamente, a sus problemas de abastecimiento y de inseguridad.
Desde mi punto de vista, el gobierno está en ese empeño, en cambio, la oposición persiste en su obcecación del golpe “suave y pacífico” para cambiar de gobierno, es por eso que su electorado no hace eco al llamado de calentar la calle.
“Todas las jornadas de masas que se plantea la oposición desde el momento que tomó posición de la Asamblea Nacional no pasan de ser actividades con muy baja asistencia…”