Francisco Vegas aseguró que los rubros entregados en Simón Bolívar siempre son menos de los que prometen
El mecanismo de distribución directa de alimentos regulados casa por casa en el municipio Simón Bolívar fue catalogado como “una burla al pueblo” por el dirigente de Voluntad Popular municipal, Francisco Vegas, quien no dudó en pedir a los responsables de la medida que vayan considerando otras alternativas.
El líder municipal de la tolda naranja explicó que la queja generalizada de los vecinos de distintos sectores que ya recibieron las bolsas, coincide en que el lote de alimentos prometido no concuerda con lo entregado.
“Se quedan cortos. Muchas veces no llega la proteína animal completa: si llega el pollo, no viene la carne o viceversa. También está pasando que apenas, colocan en la bolsa un litro de aceite, un kilo de caraotas, un kilo de arroz, un kilo de leche y un kilo de harina de maíz precocida. Esa cantidad de alimentos no alcanza ni para cubrir la demanda de una semana en una familia de tres miembros, muchos menos en aquellos núcleos numerosos”, detalló.
Vega recordó que el objetivo principal de este programa es garantizar la llegada de los rubros esenciales a toda la población en cantidades suficiente. Señaló que esta bolsa debería incluir harina de maíz para hacer arepas, aceite comestible, arroz, pasta, leche en polvo, caraotas, azúcar y café.
“Hay descontento en la población, luego de la eliminación del módulo de Pdmercal que está a la entrada del pueblo. La excusa del alcalde de Simón Bolívar es que con ello se ataca al bachaqueo, con lo que estamos de acuerdo. Lo que cuestionamos es que, luego de una medida tan radical como la del cierre del Pdmercal, no se garantice en cantidades suficientes y de manera oportuna el abastecimiento de productos alimenticios a la población”, acotó.
El dirigente naranja señaló que muchas veces los más pobres no pueden acceder a los productos, porque los consejos comunales retiran el dinero del valor de la bolsa con una semana de antelación y fuera de los días de cobro.
“La gente cobra los viernes y es el sábado cuando dispone de dinero para comprar alimentos. Peor les va a quienes cobran quincenalmente, pues muchas veces llegan los voceros de los concejos comunales tocando la puerta cuando es 10 ó 25 del mes”, destacó Vegas.
Finalmente, Vegas relató que muchos miembros de los consejos comunales deben acudir al centro de acopio y realizar trabajo voluntario (embolsar alimentos, descargar camiones, pesar pollos, etc) para que les entreguen los anhelados alimentos.
MIP-TUY Agencia
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