Ser dotado de excepcional carisma, amable trato, cordial saludo, invalorable amigo, maestro nato, deportista emblemático, cultor por excelencia y abnegado padre de familia; así describo y recuerdo al Prof. Francisco José Mujica Toro, un guatireño que se hizo poco a poco, hasta lograr convertirse en un ejemplo a seguir.
Guatire, rincón de nuestra dilatada geografía donde la providencia pareciera haber puesto un especial empeño en producir personajes con las características especiales en la música, el deporte, la política, algunas ramas de las ciencias, la literatura, y la cultura en general; lo vio nacer en un humilde hogar, el 24 de abril de 1933.
Su padre Don Zacarías Mujica y su madre Doña Luisa Toro. Se casó con la Sra. Alida Hernández de Mujica procreando 2 hijos Francisco José y Norka Varinia Mujica Hernández y 4 nietos: Yuriana, Francisco Javier, Yisbeli Mujica García y Guillermo Mendoza Mujica.
Cuentan algunos amigos de infancia del Prof. Mujica, que desde muy pequeño solía destacarse entre ellos, con impresionantes inquietudes y destrezas, reflejando lo que sería su futuro como profesional y figura pública. Y así fue, se convirtió en un multidisciplinario exponente de las últimas generaciones, un hombre sencillo, que de maestro de escuela, donde ya su marcada personalidad ejercía una influencia en el alumnado y sus colegas, pasó a ejercer cátedra de enseñanza en el Instituto Pedagógico de Caracas y algunos liceos de Guatire y Guarenas, combinando el trabajo de educador en aulas con el de formador integral de la personalidad de sus congéneres al organizar y tomar parte activa en destacados equipos deportivos en las especialidades de Basketball y Voleibol siendo esta última de muy recordada actuación a nivel nacional; hoy el Polideportivo de Guatire, lleva su nombre.
Como consecuencia de toda una vida dedicada al servicio de su comunidad, promueve y lideriza a un grupo de jóvenes de la época para crear una institución que con el correr del tiempo se convertiría en modelo y referente de organización cultural y única con las características que ostenta dedicada al cultivo, la preservación, difusión y estudio de los valores culturales no sólo regionales sino que se extiende al ámbito nacional y universal. Al propio tiempo desde la tarima de dirección del Orfeón Régulo Rico, su orfeón, se proyecta con brillantez en muchos escenarios.
Con motivo de los 25 años del Centro de Educación Artística “Andrés Eloy Blanco” (septiembre 1984) dijo: “La vida me ha deparado momentos de grandes satisfacciones: ser maestro, ser padre y conducir a un grupo de personas que han pretendido erigirme director de una agrupación coral, de la calidad que hoy ostenta el Orfeón Régulo Rico, me sitúa en otra de las grandes emociones de razón de mi bien vivir”
Francisco Mujica fue un guatireño que enalteció el gentilicio de su pueblo y pasó a formar parte de esa generación de hombres que con una dilatada actuación cívica y sin pretensiones disfrazadas ni turbios intereses, se destacó como un ciudadano en quien sus coterráneos reconocen una excepcional personalidad.
Fue un maestro por cuyas manos pasaron infinidades de guatireños en quienes dejó una indeleble huella como educador. Lo mismo sucede como profesor en el Instituto Pedagógico de Caracas.
En el deporte tuvo una muy destacada actuación cuando por la década de los 50, promueve la creación de un equipo de Basquetball, disciplina deportiva, desconocida en la ciudad de Guatire y así, el primer tablero de Basketball que se conoció en el pueblo lo fabricó el profesor Mujica.
Donde más se destacó fue en la especialidad de Voleibol, fundando un equipo el cual bautizó con el nombre de «Curazao» pero que se conoció siempre como el equipo de Mujica y que se hizo famoso al derrotar y quitar el invicto al poderoso equipo del Distrito Federal.
Es recordado por sus antiguos compañeros de equipo, por su disciplina y seriedad en los entrenamientos; cualidad ésta que lo acompañó durante toda su vida en las diferentes actividades que desarrollaba.
El pasado año 2011, Guatire fue testigo del aprecio sostenido en el deporte nacional, los integrantes de la selección del Distrito Federal de Volibol, y los del Equipo Curazao, se encontraron de nuevo para recordarlo, observando la presencia en el Auditorio que lleva su nombre de luminarias deportivas como: José Joaquín Carrillo (Papá Carrillo), Oswaldo Borges (Papelón), Alfredo López (Paleta), Joel Marín (Chichito), Ostilio Prada (Rico Mac Pato), Rafael Bereciartu (Flaco), Carlos Ibarra Blanco (Loco Bravo), Lino Connel (Maracucho), Juan José Rodríguez (Jota jota) (Entrenador), Juan de Dios Pacheco (Yeyo), Lancelot Bob (Negro), Raúl Landaeta (Cigarrón) y la familia de Luis Frederick (+), y del equipo Curazao: Felipe Muñoz Dorta, Gustavo Churión, Rómulo Pacheco, Gines Espinoza, Luis Felipe Ruiz, Pedro García, Gilberto Useche (hijo), Luis Rondón, Rafael Delgado y familiares de Carmelo Espinoza (+).
En el campo cultural – musical, fue fundador, Coordinador General y director durante 38 años del Orfeón Régulo Rico, cabe señalar su preocupación por prepararse técnica y académicamente para hacer del grupo polifónico una renombrada y reconocida agrupación coral.
Como Coordinador General del CEA, siempre estuvo en persecución del perfeccionismo y en procura de que la institución siempre tuviera una destacada presencia en todos los escenarios”.
Su ausencia se ha notado desde el 10 de diciembre de 1997, cuando fallece extemporáneamente en Caracas a los 64 años. Nos garantizó continuar acompañándonos, pues su último mensaje así lo expresa: “Estoy y estaré aupando el ideal ceista”
(*) Coordinador General del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco, de Guatire, estado Miranda, Venezuela.
Miguel Alciro Berroterán