En el 2002, los venezolanos hicieron kilométricas colas para comprar el gas y los alimentos, y quedaron sin cerveza en navidad
Debo responder algo ante la inundación por las redes sociales de los golpes de pecho de Vladimir Villegas por empresas Polar asumiendo que «la situación de empresas Polar tiene que preocuparnos a todos porque esa es una empresa nacional que produce alimentos y todos los bienes de consumo masivo aún en las más adversas condiciones y dice que también es fuente de empleos. De verdad no sé si es una estrategia mediática o que el señor Vladimir intenta ganar indulgencia con la oligarquía que en años anteriores criticaba cuando estaba de moda para algunos ser de izquierda, subestimando además la inteligencia y la memoria histórica de los venezolanos.
Villegas, en su dramático monologo, advirtió que «la posible paralización de producción de malta y cerveza por falta de divisas es un duro golpe al venezolano, no al bolsillo de Lorenzo Mendoza». Carajo, Vladimir: ¿se te olvidó que el 2 de diciembre de 2002 inició un paro golpista donde la patria perdió más de 14 mil millones de dólares, si es por hablar de divisas? Es importante recordar que los venezolanos que mencionas en tu discurso también en ese 2002 hicieron kilométricas colas para comprar el gas y los alimentos, quedando también sin cerveza en navidad y por supuesto sin escuchar ninguna de tus quejas por ese duro golpe al venezolano.
Ahora bien Vladimir, en relación a lo que también expresas: «Mientras a la empresa Polar se les niega divisas, a la competencia se le da trato preferencial en esa materia, no puede ser que ese chorro de divisas se abra para unos y se cierre para otros de manera discrecional”, te debo preguntar, ¿es moral y aceptable esta situación? Es necesario recordar que cuando el presidente de empresas Polar anunció de forma amenazante que no produciría más cerveza, la competencia anunció que sí produciría. En ese mismo orden de ideas, Vladimir no precisamente fue la competencia la que se declaró en guerra contra el país al pedir paquetes de ajustes al Fondo Monetario Internacional para hipotecar a Venezuela como sí lo hizo Mendoza en comunicación con Ricardo Hausmann, cuestión que no es moral ni aceptable. Sin embargo, hoy cuando todavía se reciben 70 % menos de ingresos por la venta del petróleo en comparación a 2012, me gustaría que le preguntaras a la madre soltera que espera su vivienda, al deportista que con gran esfuerzo representa al país, al estudiante universitario que solo con registrarse por internet hizo posible su derecho a la educación sin formar parte de un comité de bachilleres sin cupos, al abuelo que hoy cobra una pensión digna en comparación a lo que recibían en los gobiernos adecos, si prefieren que los dólares de la república se inviertan en materia social o se le entreguen a la oligarquía para producir borracheras. La respuesta sería muy clara.
Por ello cuando preguntas qué hay detrás de esto, no es difícil contestar que hay una clase adinerada dispuesta a seguir atacando al pueblo con una guerra económica clara y sistemática para entregar el petróleo a los gringos a precio de gallina flaca y un gobierno revolucionario que con aciertos y errores que sigue firme en no traicionar los sueños de los más humildes que hace dos décadas solo tenían derecho a nada.
Hoy, en situaciones difíciles, tenemos patria y esta no se vende sino se defiende.
Marcel Doubront
aporrea.org