Máxima Acuña mide poco más de metro y medio pero ha sido clave en la detención de un gigantesco proyecto minero que amenaza con contaminar y quitarle sus tierras en los Andes del Perú.
Esta flamante ganadora del mayor premio mundial de medio ambiente, asegura que está dispuesta a dejar la vida en esta batalla.
La lucha de Máxima, reconocida hace una semana por la fundación Goldman, inició en 2011, cuando el consorcio Yanacocha, integrado por la multinacional Newmont y la peruana Buenaventura, le pidieron que dejara sus tierras, cercanas a unos depósitos de oro, para desarrollar el proyecto minero Conga.
Ellos aseguran que compraron todo ese territorio.
«Dicen que soy una mentirosa, que soy invasora. Yo tengo mis documentos, yo sé que esa es mi tierra. Por eso la defiendo con mi vida», dice Máxima en una conversación con la AFP.