La oposición venezolana reunió las firmas que permitirían activar un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, pero esta primera etapa es apenas el inicio de lo que sería una larga carrera de obstáculos.
¿Qué sigue ahora?Tras recaudar 1,1 millones de rúbricas en apenas dos días -cinco veces más de las exigidas para pedir que se active la consulta-, la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) las entregará a inicios de la próxima semana para que el Consejo Nacional Electoral (CNE) las audite.
El organismo verificará el número en un plazo de cinco días y luego definirá los lugares y fechas para que quienes firmaron acudan a validar su apoyo consignando además la huella, también en un lapso de cinco días continuos. Se dispondrán 200 puntos a nivel nacional
Según Eugenio Martínez, especialista en temas electorales, la normativa da al CNE hasta 20 días hábiles para verificar y analizar estos requisitos.
Si se cumple el trámite, quedará conformada la llamada «agrupación de ciudadanos» que solicitará la activación del referendo.
Para ello se requieren firmas equivalentes al 20% del registro electoral (3.959.560), que deberán ser recogidas en tres días seguidos junto con las respectivas huellas digitales.
Si se surte ese requisito, el CNE debería fijar la fecha del revocatorio, que sería el segundo en Venezuela luego del que ratificó en el poder al presidente Hugo Chávez en 2004.
Para revocar a Maduro, el «sí» debería sacar más de los 7,5 millones de votos con los que fue elegido tras la muerte de Chávez en 2013 para completar el período de seis años.
Los tiempos
El jurista José Ignacio Hernández calcula que todo el proceso hasta la celebración del referendo debería tardar máximo ocho meses, si no hay retrasos en el CNE, acusado por la oposición de servir al chavismo.
Sin embargo, Eugenio Martínez considera que los tiempos se pueden alargar considerando, por ejemplo, que la jornada laboral en el sector público se redujo a dos días semanales para ahorrar electricidad.
La validación con la huella también podría generar demoras porque los interesados tendrían que ser citados en función de los cortes de energía, necesaria para que funcionen las máquinas «captahuellas» (biométricas).
Además, el CNE podría argumentar que requiere más tiempo para auditar las firmas porque la oposición entregaría muchas más de las necesarias, sostiene el experto.
La cuestión logística también es clave, pues el CNE y la MUD deben concertar el número y la ubicación de los sitios donde se recogerán las casi cuatro millones de firmas.
La oposición quiere que el revocatorio se haga antes del 10 de enero, cuando se cumplen cuatro años del período que inició Chávez y que, tras su muerte en marzo de 2013, viene completando Maduro.
Si el referendo ocurriera después de esa fecha y Maduro lo perdiera, la Constitución prevé que el vicepresidente -nombrado por el propio mandatario- lo reemplace. Si es antes, habría elecciones presidenciales.
Otras dificultades
El CNE podría determinar que el 1% de firmas exigidas para pedir la activación de la consulta (200.000) corresponde al padrón de cada Estado, y no a un total nacional. Caracas debería aportar unas 16.000 rúbricas.
«Va a complicar mucho, aunque no hay razón para pedirlo así», dijo Martínez.
El trámite del referendo empezará a coincidir con las elecciones regionales -previstas para el último trimestre- y con un proceso de reinscripción de partidos que exige la entrega de firmas.
El especialista advierte que no es de extrañar que el oficialismo impugne la recolección de rúbricas por posibles irregularidades.
Maduro advirtió el jueves que la Constitución lo habilita para suspender «eventos de carácter electoral» en situaciones de emergencia económica, como la que rige desde enero pasado.
AFP