Los militares estadounidenses que bombardearon en octubre un hospital de Médicos sin Fronteras en la ciudad afgana de Kunduz no cometieron un crimen de guerra aunque si incurrieron en una serie de errores, aseguró este viernes el Pentágono al presentar su informe sobre el caso que provocó 42 muertos.
En una conferencia de prensa el general Joseph Votel, jefe del Comando Central (Centcom) de las Fuerzas Armadas estadounidenses, explicó que en parte estos puede explicarse porque la tripulación del avión AC-130 que efectuó el ataque no disponía de una lista de sitios protegidos en la región de Kunduz.
«La investigación ha concluido que algunos miembros del personal (militar) no respetaron las reglas de combate y el derecho que rige los conflictos armados. Por el contrario no se concluyó que estos errores sean un crimen de guerra», señaló en forma tajante Votel al revelar un extenso informe de más de 3.000 páginas.
AFP