El lanzador derecho Daniel Romero completó una gesta heroica durante la final del beisbol mayor del municipio Zamora: con su equipo en desventaja, subió a la lomita y tiró 16.2 entradas y cedió solo una carrera para coronar a Warriors
Acostumbrado a vivir momentos de gloria dentro de un terreno de juego, el lanzador derecho guarenero Daniel Romero sumó recientemente una joya a su repertorio, en el marco de la final del beisbol mayor del municipio Zamora: con su equipo abajo en la final, subió a la lomita y tiró 16.2 entradas impresionantes, de apenas dos carreras (solo una limpia), para cambiar la historia y conducir al conjunto Warriors a su primer título en el máximo nivel de este deporte en la zona.
Cuando Romero subió a la lomita, en el segundo juego de la final, el multicampeón Academia se veía fuerte, favorito, tras ganar el primer encuentro con pizarra de 7 carreras por 5.
Y no era para menos, ya que el conjunto dirigido por Frederick Rojas no solo ha colocado su nombre al lado de las franquicias históricas del beisbol local (como Águilas, Bravos, Gavilanes y Zamora), sino que en cada temporada presenta nóminas plagadas de nombres de gran calidad y trayectoria inclusive en el beisbol rentado. Este año, en esa nómina destacaban nombres de la talla de Jorge Espinoza, Freiser Pedrón, José “Campana” Caldera, Iván Blanco y Luis Sanz, para nombrar solo a algunos.
Cuando inició el segundo juego de la final, Romero enfrentaba la necesidad del triunfo para empatar la serie y la presión de la rivalidad surgida entre estas dos novenas en la ronda regular del torneo. Pero su compromiso con el equipo y consigo mismo, con su familia, su determinación y, por supuesto, su calidad, lo llevaron a escribir la historia.
La nómina de Warriors también estuvo blindada, con hombres de la talla de Joe Muñoz, Maikol Sánchez, Samuel Delión y Johan Bencomo, entre muchos otros, que sirvieron de gran respaldo a la labor desplegada por el derecho guarenero.
El segundo juego de la final terminó a favor de Warriors con pizarra de 3 carreras por 2, tras un trabajo espectacular de Romero, que tiró 8.2 entradas, de dos carreras (una limpia) y seis ponches, para apuntarse la victoria.
Al final se cansó un poquito y requirió de la ayuda del cerrador José Rojas, quien consiguió el último out y Warriors comenzó a soñar con el título.
Para la celebración del último encuentro de la final, el estadio Miguel Lorenzo García se vistió de gala y se llenó “hasta la bandera”. Romero, quizás alentado por el escenario, respondió con un trabajo hermético de 8 entradas completas, con seis ponches, sin carreras, para conducir a Warriors a una victoria de 7 carreras por 0 y a su primer título en el beisbol local.
Por supuesto que esta actuación le valió a Romero el título de Jugador Más Valioso de la final del beisbol mayor del municipio Zamora y asoma su nombre como uno de los lanzadores a tomar en cuenta en el próximo Campeonato Estadal, con su repertorio blindado de recta, slider, cambio y curva.
El derecho guarenero tiene apenas 25 años, con mucho futuro por recorrer en el beisbol; ha vestido permanentemente la camisa del estado Miranda en diversos torneos y llegó a vestir la Vinotinto en la categoría juvenil, así como vio acción con el conjunto aurigrís en la Liga Nacional Bolivariana de Beisbol.
Tras caer el último out, lo que dejó la final al beisbol zamorano fue todo ganancia: nació una nueva rivalidad, aumentó la competencia y los aficionados regresaron al estadio con entusiasmo. Eso, sin tomar en cuenta que atrás quedaron otros equipos que, pese a sus propias dificultades, dieron espectáculo y dejaron claro que más temprano que tarde la liga tendrá que contar con ellos.
Tras bastidores, hombres como Hernán “Pan Sobao” Silva y Leonardo “Chacho” Silva, miembros de la directiva de la liga del beisbol mayor zamorano, no pueden hablar de la final sin emocionarse, sin entusiarmarse. Y pocos pueden hacerlo: “Yo tuve que llegar al estadio a las 9 de la mañana para buscar un buen lugar, pero fue casi imposible; terminé viendo el juego en una tribuna atestada de aficionados”, contó Antonio “Toñito” Olivier, expresidente del circuito.
Romero y Ramírez
Antes de lanzar el tercero de la final, Daniel Romero había tenido una satisfacción familiar importante: su hermano, el campocorto Micael Ramírez, de apenas 16 años, regresaba a casa con el título de Jugador Más Valioso del Concentrado Estadal de Beisbol Juvenil Triple A, efectuado en la ciudad de Cúa, pese a que su equipo, Plaza, terminó como subcampeón, ya que Zamora cargó con el título.
Ramírez tuvo una actuación impresionante, con cinco títulos ofensivos. Terminó como campeón bate, campeón slugging, campeón en hits y empujadas y recibió el MVP del torneo.
A Romero no le cabía el corazón en el pecho de tanto orgullo. Y con razón.
Edward Sarmiento
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