Donato Bilancia: el monstruo de Liguria

El retrato hablado y las dos primeras letras del coche Mercedes oscuro que utilizaba, que fueron vistos por testigos, cerraron el cerco sobre Donato Bilancia, un asesino en serie que fue condenado a 14 cadenas perpetuas más 14 años de prisión

Donato Bilancia era un jugador empedernido, acostumbrado a ganar en una sola noche grandes cantidades de dinero, pero a partir de su primer asesinato, cometido porque días antes Giorgio Centanaro se había burlado de él en una mesa de juego, Bilancia no pudo detener su compulsión por matar y solo su aprehensión, el 6 de mayo de 1998, frenó su furia inexplicable.
Sus crímenes hicieron que fuese considerado un asesino en serie que pasó a ser conocido como “El Monstruo de Liguria”. Acabó con la vida de más de 17 personas en la zona de Liguria, desde octubre de 1997 hasta mayo de 1998.

Más alla del juego
Bilancia nació en Potenza, Italia, el 10 de julio de 1951 y en 1956 su familia se trasladó a Génova. Creció con la dificultad de las relaciones con su familia y se dedicó al robo. En 1975 fue arrestado por hurto, pero escapó de la prisión a los pocos meses.

En 1982 su hermano se suicidó, junto con su hijo, lanzándose a las vías del tren de la estación de Génova. Este episodio marcó a Donato, provocándole graves desórdenes mentales, a lo que se le añadió un accidente automovilístico en 1990, que le provocó un coma profundo durante varios días. Una vez recuperado del coma, comenzó a aficionarse al juego.

Se puede afirmar que el primer asesinato de Bilancia fue el 16 de octubre de 1997, cuando acabó con la vida de Giorgio Centanaro en su casa, asfixiándolo con una cinta adhesiva. A pesar de lo extraño de la muerte, los policías cerraron el caso concluyendo que se había suicidado, ya que no encontraron ningún indicio de asesinato. No sería hasta el arresto de Bilancia cuando confesaría el crimen, argumentando que Centanaro se burló de él en una mesa de juego.

Tan solo pasaría una semana antes de que volviera a matar. El 24 de octubre de 1997 acabó con la vida de Maurizio Parenti y su mujer por las mismas razones que le habían movido a matar a Centerano, ya que Bilancia creía que ambos eran socios. Además, robó de la casa 6 mil 500 euros y otros objetos de valor.

A partir de ese momento, se despertó su sed de sangre. Tres días después, el asesino entró en casa de Bruno Solari, asesinándolo junto a su mujer, después de robar su apartamento. La saga criminal continuó el 13 de noviembre de 1997 cuando mató a Luciano Marro, un cambiador de dinero, robándole 22 mil 500 euros y el 25 de enero de 1998 hizo lo mismo con Giangiorgio Canu, guardia de seguridad nocturno, a quien asesinó para vengarse de los cuerpos de seguridad que lo habían metido en prisión.

Emulando al destripador
Después de acabar con la vida de personas sin un perfil determinado, Bilancia empezó a declinarse hacia las prostitutas. El 9 de marzo de 1998 acabó con la primera de ellas, al dispararle a Stela Truya, una prostituta albanesa, a la que siguieron la ucraniana Ljudmyla Zubskova y la nigeriana Tessy Adobo. Aparte de estas víctimas, también figura la muerte de otro cambiador de dinero, Enzo Gorni, el 20 de marzo cerca de Ventimiglia.

La única prostituta que pudo huir de las manos de Bilancia fue una transexual llamada Lorena Castro, quien escapó de la muerte el 24 de marzo de 1998 y corrió a avisar a dos guardias de seguridad, pero éstos murieron tras ser alcanzados por las balas del criminal.

La muerte de la nigeriana Tessy Adobo puso sobre aviso a las fuerzas policiales, que empezaron a encontrar evidencias y conexiones entre el asesinato de Stela Truya y de las siguientes mujeres, gracias a los estudios de balística de la RIS de Parma, que evidenciaron que todas las balas correspondían a una sola arma.

Poco a poco empezaron a conocerse más detalles del criminal, gracias al testimonio de Lorena Castro, que fue capaz de dar detalles sobre el Mercedes negro conducido por el asesino y confeccionar un retrato robot del sujeto, pero la repercusión del caso en los medios de comunicación hizo que Bilancia repentinamente cambiara de hábitos criminales.

El 12 de abril de 1998, en el InterCity entre La Spezia y Venezia , asesinó a Elisabetta Zoppetti en el cuarto de baño del tren. Dos días después pondría fin a la vida de otra prostituta, Kristina Valla y el 18 de abril mató a María Angela Rubino en el tren entre Génova y Ventimiglia.

El ahora “Monstruo de Liguria” se convirtió en el principal tema de los programas de televisión y periódicos, por lo que se redobló la vigilancia en los suburbios y los trenes. Así las cosas, el 12 de abril de 1998 en Arma di Taggia, Bilancia roba y mata a su última víctima, un trabajador de una gasolinera llamado Giuseppe Mileto.

El punto de inflexión de las investigaciones llegó cuando los policías obtuvieron información sobre un Mercedes negro que coincidía con los datos proporcionados por Lorena Castro. Fue así como el temible asesino fue arrestado el 6 de mayo de 1998 en su apartamento de Génova, donde se encontró la Smith & Wesson calibre 38 mm con la que asesinaba.

Bilancia, con total frialdad, relató con detalle cómo había matado a todas y cada una de sus víctimas. El 12 de abril del 2000 la Corte Suprema de Génova condenó a Bilancia a las 14 cadenas perpetuas por sus asesinatos y 14 años más por el intento de homicidio a Lorena Castro.

Jugador asesino
Empedernido jugador en casinos de Italia y el extranjero, Donato Bilancia contrajo deudas millonarias que lo llevaron a robar a muchas personas que luego mató para evitar que lo denunciaran. Algunos de sus crímenes los llevó a cabo como sicario a sueldo de la filial genovesa de un clan mafioso de la Cosa Nostra, mientras que otros asesinatos de mujeres habrían sido solo para calmar la ira que le provocaba perder jugando al póker o a la ruleta.

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