Tenemos la fortaleza y coraje de asumir lo que nos toca vivir, y entonces la angustia de la muerte nunca nos demolerá ni abrumará
La patria linda se inundó de sentimientos buenos con las grandes hazañas de nuestros deportistas. Recientemente, la Vinotinto Sub17 y los Guaros de Lara en básket.
Festejamos en grande y ratificamos lo que venimos pregonando sobre lo importante que es el trabajo en equipo, en el que predomina la solidaridad del grupo sobre el virtuosismo individualista y en el cual el «todos para uno y uno para todos» sobresale de lo imprescindible.
«Sí se puede» es un antídoto revolucionario que entierra a los vendedores de pesimismo. A los que profesionalmente, todos los días, por los medios de que dispongan, procuran establecer pautas derrotistas del «todo está mal», «nos vamos a estrellar», «Venezuela no tiene futuro», etc, etc.
Frente a esas posturas prefabricadas para generar desánimo colectivo surge nuestro «sí se puede». Una respuesta surgida desde la base de las grandes mayorías que llenaron las plazas, autoconvocadas por la divisa nacional que competía por una reivindicación deportiva continental, que felizmente se consiguió.
Exclamamos jubilosos «sí se puede», porque ante los falaces y los escépticos de oficio, a cada mentira contraponemos un logro. Reafirmamos el «sí se puede» porque tenemos la fortaleza y coraje de asumir lo que nos toca vivir, y entonces la angustia de la muerte nunca nos demolerá ni abrumará.
Hoy «sí se puede» significa promover con paciencia y persistencia la mayor integración de voluntades que nos permita avanzar más rápido, con entendimiento y solidaridad, reafirmando el Estado de Derecho que nos permitirá seguir construyendo este maravilloso país con paz, bienestar y progreso. Cierro seguro de que «sí se puede», claro que «sí se puede».
Un abrazo poderoso.
Dante Rivas
aporrea.org