El funcionario sabe que existen reglamentos y normas sobre cooperación internacional entre cuerpos de seguridad, y no se le paga para cuestionarlas, sino para aplicarlas…
En EE.UU., un funcionario de “Homeland Security” recibe una petición confidencial de colaboración de un cuerpo de seguridad de otro país. Se le pide que cuando el sujeto que allí se identifica viaje a EE.UU. se le someta a verificaciones especiales de seguridad o que, “por razones de seguridad nacional”, se le revoque la visa, pues el involucrado y sus actividades en “el imperio” son de “interés prioritario” para los servicios de inteligencia de la nación solicitante.
El funcionario coteja y ve que el sujeto no tiene antecedentes penales, no tiene alerta en Interpol ni está solicitado por autoridad alguna, ni en su país ni en ninguna otra parte. Revisa sus registros y nota que dicho ciudadano ha estado varias veces en EE.UU., casi siempre con su familia de vacaciones o visitando a sus allegados que, huyendo de la terrible crisis de su nación, ahora viven allá.
El sujeto no es un delincuente ni un terrorista, pero eso no importa. El “Manual de Procedimiento”, los “protocolos”, las “circulares internas” y los “memorandos” emanados de la superioridad en casos como éste señalan con claridad cuál es el camino a seguir. El funcionario sabe que existen reglamentos y normas sobre cooperación internacional entre cuerpos de seguridad, y no se le paga para cuestionarlas, sino para aplicarlas, así que incluye al sujeto en el registro de personas a las que, según el caso, se les debe impedir volar a los EE.UU. (eso que llaman la “No Fly List”), entre los que deben someterse a verificaciones especiales de seguridad, o dentro de la lista de aquellos a los que se les debe revocar la visa para ser devueltos de inmediato, si toca, a Venezuela.
Sí. Se trata de un venezolano. El funcionario sabe además que cuando se trata de nuestro país, lamentablemente, debe ser muy cuidadoso, pues los reportes del propio Departamento de Estado indican que algunos compatriotas, sobre todo muchos supuestos “antimperialistas” andan, por decir lo menos, en manejos no muy santos. Así que procesa la petición y listo. Es lo que le ordena el “librito”, y hay que actuar siempre, como dicen allá, “by the book”.
En el aeropuerto de Miami, el ciudadano en cuestión, que viajó a buscar medicinas que no se consiguen en Venezuela, nota que la revisión de su pasaporte tarda más de lo normal. Al cabo de unos minutos se le quita el documento, se le pide que acompañe a otro funcionario y se le sienta en el temido “cuartico” a esperar no sabe qué, porque desde ese momento se le impide (así como acá, cuando detienen a algún manifestante) toda comunicación con el exterior y se le niega cualquier información sobre qué es lo que está pasando.
Esta vez no le va tan mal, solo lo retienen unas 4 horas y luego lo dejan ir sin explicaciones. Pero algunos han sido deportados de inmediato y se les prohíbe volver, anulación de la visa de por medio, y a otros incluso se les detiene, sin tener siquiera derecho a llamar a un abogado, por mucho más tiempo.
Mientras tanto, en Caracas, a un funcionario de uno de nuestros “servicios de inteligencia”, se le notifica que su solicitud a EE.UU. “ha sido procesada con éxito”. El tipo sonríe. Él sabe que la petición que hizo no habla de ningún criminal, sino de un “escuálido”, un opositor, uno al que sus jefes no han podido neutralizar pese a lo incómodo que es para el gobierno, así que la única manera de incomodarle que han encontrado es esa: mandar sobre él “alertas de inteligencia” falsas que, en otros países en los que no se va a cuestionar a priori la veracidad de la información, se activan de inmediato. Lo que más risa le da es que él sabe que los funcionarios de esos otros países, sin darse cuenta, por actuar a ciegas y sin sentido crítico “by the book”, son cómplices de su felonía persecutoria.
Pero no le importa. Tanto aquellos como él mismo están siguiendo “órdenes superiores”.
Olvidan que la historia sí registra como criminales a muchos que también se escondían tras las “órdenes superiores”.