Crisis política y contaminación amenazan a los primers Juegos Olímpicos que se organizarán en Suramérica. Esfuerzo organizativo y preparación de los atletas brasileños representan las bases del éxito
“Todo marcha de acuerdo con lo previsto, el capítulo instalaciones anda en un 98 % y las autoridades garantizan la normal realización de los Juegos”.
Palabras más, palabras menos, esas frases sintetizan la opinión de los representantes del Comité Olímpico Internacional luego de la visita a Río de Janeiro, quince días atras, de una comisión (presidida por Nawal El Moutawakel) para evaluar la organización de las competencias que la capital brasileña presentará entre el 5 y el 21 de agosto. Se espera, desde luego, que la nación amazónica responda al reto, como primera de Suramérica que asume el compromiso de presentar la competencia más importante del deporte universal. Desde 2009, cuando las autoridades del COI eligieron a la tierra de la samba por encima de Madrid, Tokio y Chicago, la respuesta del mundo deportivo ha correspondido al de una actividad cada vez más desarrollada en el planeta, en la medida en que gobiernos y ciudadanos se consustancian de su positiva influencia en la formación integral del individuo y los beneficios sociales que lleva consigo: en las 28 disciplinas que contempla el programa se espera representación de 206 países, en cifra aproximada a los diez mil atletas, más allá de los eventos eliminatorios de las federaciones internacionales en busca de evitar -o al menos reducir- el inevitable gigantismo. Entre ellos figurará seguramente una importante cuota venezolana -sin determinar hasta la conclusión de los eventos eliminatorios-, si bien se estima que será la mayor de la historia.
Mundial y protestas
Hace dos años Brasil presentó el Mundial de Fútbol, máxima competencia de una disciplina que en ese país es casi como una religión. Y en medio del natural respaldo -y la enorme frustración por el papel del equipo local- surgieron manifestaciones multitudinarias que gritaron al mundo la existencia de serios problemas sociales.
Tales explosiones, por supuesto, generaron represión y excusas de tipo político, sin restar efectos a las protestas, pues se trata, además, de carencias e injusticias de vieja data y difíciles de corregir a corto plazo, por lo que se teme su repetición, más aún cuando el clima político alcanza en estos días la más alta temperatura en mucho tiempo.
Dilma: no al encendido de la antorcha
Es lo más notorio de los nubarrones que se ciernen sobre los Juegos de la XXXI Olimpíada. Porque, inmersa la presidenta Dilma Rousseff en el clásico “ojo del huracán”, se ignora hacia dónde conduce la inestabilidad en medio de investigaciones y denuncias sobre corrupción, la influencia en su gobierno y el de su antecesor Lula da Silva, así como hasta qué punto ha salpicado a la organización. La ofensiva parlamentaria sobre aquella está en punto culminante -en términos de proponer su destitución- y los enfrentamientos podrían darle largas a una situación nada fácil de resolver.
La primera consecuencia de los problemas políticos fue la ausencia de Rousseff cuando en Atenas, el 21 pasado, se realizó la tradicional ceremonia del encendido de la antorcha olímpica, que desde entonces anda por el mundo en un recorrido que concluye en el encendido del pebetero en la jornada inaugural.
Días atras, los medios de comunicación difundieron declaraciones de funcionarios de seguridad de Brasil, que recordaron la amenaza de Maxime Hauchard, del Estado Islámico, quien luego de los atentados de París señaló por twitter, en relación al país suramericano: “ustedes son nuestro próximo blanco”, a lo cual se agrega la preocupación por el creciente número de ciudadanos que defienden en las redes las posturas del EI.
Se espera, no obstante, que el interés por la cabal respuesta del país al compromiso con el mundo deportivo, que ha implicado una gigantesca inversión de recursos, permita el espaldarazo final para darle cauce a una organización que ya ha sentado las bases para terminar exitosamente.
Más problemas
Brasil ha sido seriamente afectado, además, por el virus del zika, enfermedad contra la cual están luchando, pero cuya erradicación no se vislumbra -como en otras partes del mundo-, lo que no deja de crear inquietud en quienes piensan viajar a los Juegos. Como ha sucedido, también, con la contaminación de la bahía de Guanabara, que será escenario de algunas especialidades y donde se está combatiendo a fondo para despejar dudas y evitar la ausencia de figuras que, en medio de su preocupación, han sugerido su posible ausencia. Se ha confirmado, eso sí, que la Villa Olímpica tendrá aire acondicionado y las delegaciones serán advertidas de que deberán mantener las ventanas cerradas para protegerse de los mosquitos.
Preocupa también la recesión, la más profunda del país en muchos años, que ha forzado una reducción presupuestaria con el consiguiente efecto sobre la organización, especialmente en asuntos de seguridad, aunque se ha confirmado la incorporación de 85 mil soldados, además del refuerzo a la policía. Se estima que afectarán, asimismo, los programas de inauguración y clausura, si bien han sido aprobados ajustes que permitirán el lucimiento de dos actos fundamentales, donde se proyecta al mundo la capacidad organizativa y la imagen del país.
Instalaciones listas
De acuerdo con las observaciones previas, confirmadas por la comisión aludida al comienzo, los escenarios de competencia -construcciones, remodelaciones- están a punto de conclusión, lo que ofrece seguridad de acondicionarlas con suficiente antelación.
Por otra parte, el gobierno ha apurado los planes de ampliación del sistema de transporte subterráneo para unir sectores densamente poblados con las principales instalaciones deportivas, al margen de las flotas de autobuses para las delegaciones y otras del servicio público. La situación económica ha forzado ajustes presupuestarios y, a decir de los organizadores, ello facilitará la movilización hacia los escenarios.
Partida futbolística
El fútbol, ya se sabe, importa demasiado a los brasileños. Por ello sonaron campanas días atrás y se dio la mayor difusión al acto del sorteo para las competencias de hombres y mujeres, que deben ser de las más concurridas. Asimismo, se potencia la venta de entradas, que en el país suele marchar lentamente, pero dada la afición y la jerarquía de las diversas especialidades, se confía en la afluencia masiva a la mayoría de instalaciones. Y, en orden a impacto, que el número uno Neymar se haya decantado por los Juegos (en el dilema con la Copa América) ofrece un incentivo adicional a los millones de seguidores de la disciplina.
La promoción, asimismo, incide en los preparativos de los representantes brasileños, que marcha a todo gas hacia la mejor actuación en su historia olímpica. Con la confianza de que, por encima de molestias, de problemas sociales y confrontación política, Brasil hará honor a su condición de sede y que sus competidores contribuirán al éxito con un papel muy destacado y el consiguiente impulso a la asistencia a los espectáculos.
Los venezolanos
A la espera de los resultados de programas eliminatorios de algunas disciplinas de conjunto y del repechaje del baloncesto femenino, ya está asegurada la participación de Venezuela en atletismo, baloncesto masculino, ciclismo, tiro, tiro con arco, natación, esgrima, equitación, vela, saltos, taekwondo y lucha.
Al respecto, voceros del Comité Olímpico Venezolano han mostrado su confianza en que no solo se logrará la mayor participación en esta, la 17ª incursión criolla a los Juegos, sino la actuación más destacada de la historia.
Ibargüen gana primer round
La colombiana Caterine Ibargüen estableció el viernes la mejor marca mundial de lo que va de año en el triple salto, llegando hasta 15,04 metros (viento: +1,5 m/s), para ganar en Doha, en la etapa de apertura del circuito de la Liga de Diamante de atletismo.
Invicta desde su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres, el 5 de agosto de 2012, Ibargüen superó en la ciudad catarí a otra sudamericana que apunta alto, la venezolana Yulimar Rojas (14,92 metros), que en marzo se proclamó campeona del mundo en pista cubierta en Portland (Estados Unidos).
Armando Naranjo
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