¿Cómo impedir que la rabia de la gente, el descontento, la necesidad imperiosa por adquirir alimentos, que se harán cada vez más presentes en la protesta y la movilización, culminen en una batalla campal entre hermanos de uno y otro bando?
Según, un cable de la agencia EFE, Caracas registró durante el año pasado 119,87 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes y fue la ciudad más violenta del mundo, seguida de la hondureña San Pedro Sula, según un informe divulgado en México por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
Ahora bien, lo más alarmante que recoge el listado, elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, es que la ciudad de Maturín, al oriente de Venezuela, figura como la cuarta más violenta del mundo con 86,45 homicidios por cada 100 mil habitantes, destacando dicho informe que del medio centenar de ciudades incluidas, 41 pertenecen a América Latina.
San Pedro Sula, en Honduras, dejó de ser la ciudad más violenta por primera vez en cuatro años al registrar 111,03 homicidios por 100.000 habitantes; le siguen la capital salvadoreña San Salvador (108,54), la mexicana Acapulco (104,73) y la venezolana Maturín (86,45).
La agresión a Chúo
¿Quién en su sano juicio se puede creer el cuento, que los sujetos que golpearon a Chúo Torrealba fueron mandados por la propia MUD? Eso está como el cuento de los que querían asesinar a Leopoldo López, o los que querían matar al comandante Hugo Chávez, y más recientemente, a los que planificaron un magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro, del cual el propio Jefe de Estado anunció que daría detalles en próximas horas y aún no se sabe nada.
Digo todo esto porque la escalada de violencia que se vive en el país, no solo es dañina, y si no la atajamos a tiempo podría hacerse incontrolable. Hechos recientes como la emboscada al Secretario Ejecutivo de la MUD, Chúo Torrealba, dejan mucho que pensar.
La gran ventaja del oficialismo se resume en las debilidades de la oposición. Aunque pese decirlo, es así. El humor social llega a su máxima expresión, y si el gobierno no es capaz de controlar estos brotes hasta ahora aislados y esporádicos de violencia, como el ocurrido en contra de Chúo Torrealba, ¿cómo impedir entonces que la rabia de la gente, el descontento, la necesidad imperiosa por adquirir alimentos, que se harán cada vez más presentes en la protesta y la movilización, no culminen en una batalla campal entre hermanos de uno y otro bando?
Hay que ponerle punto final a la hora del “tate quieto”.
El pasado miércoles le tocó a María Corina en Mérida. La cosa no pasó de un jalón de pelos, pero ya en su haber hay una mortal golpiza en la misma sede de la Asamblea Nacional años atrás. Julio Borges también llevó lo suyo y la violencia sigue siendo un lugar común.
En el caso de Chúo Torrealba, deploramos y repudiamos acciones de este tipo, nos hacemos solidarios con él y estamos claros que no le perdonan que tenga en su haber ser el hombre que derrotó al chavismo en Venezuela; un caso muy parecido al de Antonio Ledezma, que está pagando con cárcel por haber derrotado a la revolución en dos oportunidades en la Gran Caracas.
Nunca segundas partes han sido buenas, pero cuando el río suena, piedras trae. ¿Chúo va camino, a correr la misma suerte? Ojalá que no, ya bien decía Mahatma Gandhi: “La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.
Wilmer tips:
Anótenlo: la aprobación a la gestión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cayó en marzo al 26,8 %, su peor nivel en los últimos cinco meses, según una encuesta de la firma local Datanálisis. Maduro, de 53 años, enfrenta un difícil panorama con recesión económica, escasez de productos básicos y la inflación más alta del mundo, en medio de millonarios pagos de deuda externa. Ante la aguda crisis que vive el país petrolero, la oposición, fortalecida tras lograr la mayoría en las parlamentarias del año pasado, está tratando de activar un referéndum para revocarle el mandato, pero se ha encontrado con varios escollos legales.
Dato: a fines del año pasado, la aprobación del heredero político del fallecido Hugo Chávez tocó un mínimo a 21,1 %. Sin embargo, a partir de allí repuntó hasta 33,1 % en febrero, para volver a caer en marzo.
Cifras: según el sondeo, realizado entre el 4 y el 14 de marzo y con un nivel de confianza del 95 %, 71,5 % de los encuestados desaprueba la gestión del Presidente y nueve de cada diez consultados creen que la situación del país es «negativa».
Análisis: la baja aprobación de Maduro no es inusual en América Latina, ya que Dilma Rousseff en Brasil y Ollanta Humala en Perú, por ejemplo, tienen índices aún menores. Sin embargo, durante sus 14 años de gobierno socialista, Chávez puso la vara muy alta en términos de popularidad en la polarizada Venezuela.
Punto de quiebre: desde que asumió como presidente del país petrolero tres años atrás, la popularidad de Maduro ha perdido terreno a medida que la crisis económica empeora con el desplome de los precios del crudo, fuente del 90 % de los ingresos del país. Maduro atribuye los problemas económicos a la oposición política que, dice, se apoya en el gobierno estadounidense para buscar sembrar el caos y derrocarlo. Dichas acusaciones han sido negadas.
Correo de las brujas:
No se vistan que no van: el reciente anuncio del Presidente de la República en cadena nacional (29/4/2016) de designar “un equipo especial del Congreso de la Patria, del Polo Patriótico y del Partido Socialista Unido de Venezuela para revisar una por una, todas las firmas que sean entregadas por parte de estos sectores de la oligarquía, es una muestra de que están planificando alargar el “brevísimo” tiempo requerido para que tal comisión presidencial “revise” las 1.500.000 planillas (o más) que fueron entregadas al CNE esta semana
Gael 2000: según esta firma de consultores, calificadora de riesgos y análisis de opinión, el 63 % de los venezolanos estima que hace falta cambiar de gobierno este año para solucionar los problemas del país, un 79 % rechaza la gestión del Presidente, un 70 % desea revocar al Presidente y más del 60 % aspira que el RR se realice este año.
Muro de contención: la intimidación al ciudadano mediante el uso de capta huellas para la verificación de firmas, el anuncio de delitos electorales que ni siquiera están en la ley y la publicación en la prensa nacional de los nombres de todos los firmantes, son parte del muro de contención oficialista y estrategia de dilación para que no haya revocatorio.
Al cierre: deseo desde esta columna felicitar a las madres de toda Venezuela en su día, en especial a las mirandinas, que son unas mujeres con guáramos.