Los guatireños se ven obligados a caminar más de doscientos metros (algunos hasta medio kilómetro), entre el Terminal Antonio José de Sucre, para alcanzar las paradas de las diferentes líneas ubicadas en la avenida Bermúdez. En horas nocturnas el peligro es latente, por la inseguridad
Los usuarios de los autobuses del Sistema Integral de Transporte Superficial S.A. (Sitssa), que cubren la ruta entre las ciudades de Guatire y Caracas, se ven obligados diariamente a cubrir un maratón que varía entre 200 y 500 metros entre el Terminal Antonio José de Sucre y las paradas de las diferentes rutas de transporte ubicadas en la Avenida Bermúdez.
Tras el anuncio fallido del aumento de las tarifas del pasaje por el orden del 240 % (no ha sido aplicado, pese a que fue anunciado para activarlo el pasado mes de abril), el Sitssa tiene una tarea pendiente con la prestación del servicio.
Cuando el novedoso sistema de transporte comenzó a operar, el Gobierno insistió en que sería un sistema eficiente, con autobuses que saldrían cada 15 minutos de las paradas.
Y no es solo que los autobuses no tienen la regularidad anunciada -y requerida la mayor parte de las veces- sino que en las colas nadie respeta el orden de llegada (se forman grupos que esperan rezagados, o una persona llega, se posiciona, y espera a cinco más, por ejemplo); los funcionarios no discuten ni dialogan con la gente, sino que regañan y gritan; y el tiempo de espera en ocasiones pasa de una hora y a veces hasta de dos horas.
Un aparte de esta situación lo constituyen las paradas en los diferentes destinos, sobre todo en las ciudades dormitorios y las llegadas nocturnas a esas zonas. Mientras en Guarenas y La Rosa (municipio Zamora), el autobús de Sitssa tiene múltiples paradas y acerca a los usuarios a sus destinos, en Guatire existe solo una parada, en el terminal Antonio José de Sucre, y muchas personas tienen que caminar entre 200 y 500 metros o más para buscar otro transporte que los lleve a sus casas. Y a los conductores no les importa dejar a esos pasajeros ahí después de las 8, 9 o 10 de la noche, sin importar la inseguridad; descargan y simplemente se marchan, sin problemas, muchas veces en la dirección que van corriendo los usuarios buscando otro transporte.
Como es del conocimiento público, las nuevas tarifas del Sitssa fueron anunciadas en su página web para ser implementadas el primero en abril, pero luego fueron pospuestas para el primero de mayo, llevando el pasaje de 25 a 85 bolívares. Sin explicación alguna, las tarifas no han sido aumentadas. Publicadas, pero no aplicadas.
Lo sorpresivo del aumento en las tarifas Sitssa no fue solo que estuviera en el orden del 240 % (cuando al transporte público se le permitió un aumento de solo 150 % y fraccionado en tres partes), sino que se equiparara con la tarifa de menor costo en las rutas interurbanas (el recorrido de la ruta Petare-Guarenas cuesta Bs.85, aunque algunos conductores cobran 100, violando todos los acuerdos alcanzados con el Ministerio del Poder Popular para Transporte y Obras Públicas).
Noche de trote
Desde el terminal de pasajeros de Guatire, cualquier parada está a no menos de 200 metros. Si bien unos pocos se benefician porque van al barrio El Milagro (queda detrás del terminal) o a la Urbanización Castillejo (pero solo a los complejos residenciales que quedan cerca), la mayoría tiene que buscar un taxi o resignarse a hacer su ejercicio diario de caminata o maratón para buscar otra parada. Quienes buscan la ruta de La Vuelta o van hacia El Ingenio, Las Casitas, Las Rosas, Villa Heroica, Valle Arriba y El Marqués deben caminar unos 200 metros, pero quienes residen en El Rodeo y Araira tienen que andar (o correr, si llegan muy tarde) entre 300 y 500 metros.
¿Otra ruta?
Si Sitssa, por ejemplo, construyera una parada en la Urbanización El Marqués, sus autobuses pudieran ingresar a Guatire por la zona del Híper Mercado Central Madeirense y luego pudieran distribuir a los pasajeros en la avenida Villa Heroica (en la bomba Texaco, cercana a todas las paradas de la Avenida Bermúdez), en los centros comerciales Castillejo y Guatire Plaza y en el terminal de pasajeros, con lo cual haría menos embarazosa la triste caminata nocturna que hacen cientos de usuarios del sistema todos los días.
Antes de llegar al terminal del Sittsa en Guarenas, el bus hace paradas en La Vaquera, Valle Verde, El Torreón (frente a la Urbanización 27 de Febrero), en la esquina que da hacia el Hospital de los Seguros Sociales Luis Salazar Domínguez y en El Samán; mientras que en Las Rosas el bus le da la vuelta a toda la urbanización antes de ingresar al terminal.
Esta situación que sufren los habitantes de la ciudad de Guatire no ha sido tratada por el gobierno de la alcaldesa Thaís Oquendo con la empresa Sitssa, ni por comités de usuarios ni consejos comunales, por lo cual parece difícil una medida unilateral en este sentido por parte de la directiva de esa organización pública.
Edward Sarmiento
@edward42r
Foto Giovanni Martínez