La gente de a pìe organiza sus días entre el trabajo y la calle, para tratar de solventar las carencias que se le presentan en el hogar
En días de problemas económicos, los venezolanos organizan sus días entre el trabajo, las ocupaciones diarias del hogar y la calle, por cuanto se ha convertido en casi una obligación salir a buscar comida en largas colas de supermercados.
Así se pudo conocer en una miniencuesta realizada por este diario en la región capital.
Diego Jiménez, padre de familia, argumentó que los días para él comprar comida al precio regulado son los miércoles y desafortunadamente llega a su hogar sin nada que ofrecerle a su familia. «Yo me levanto a las 3 am y me voy a cualquier supermercado con la fe de Dios que saquen algún producto para poder llevarlo a mi casa, pero tengo la mala suerte que no consigo nada», dijo.
«Cuando sé que no encontrare nada me voy a Petare a comprarle a los bachaqueros, porque no me queda de otra, lo máximo que puedo comprar es una harina pan en 1.500 bolívares y un arroz en Bs. 1.400 porque tampoco gano mucho. Esta situación ya no la aguanta nadie ya basta, y esto es sin tomar en cuenta los otros problemas que afecta como la medicina y el hampa», acotó Jiménez.
Rosa Martínez, una señora de la tercera edad, reiteró que sufre de la tensión y no encuentra en ninguna farmacia su medicina. «Yo tengo que seguir un tratamiento porque sufro de la tensión y me paro todos los días bien tempranito para ver si tengo la suerte de encontrarla, para nadie es un secreto la situación que estamos viviendo todos los venezolanos», afirmó.
«Mis hijos me ayudan cuando pueden con la medicina, pero hay un punto en que no se puede comprar lo que se consigue, porque no hay dinero. Todos los días suben el precio de las cosas, aquí no hay un Gobierno que le meta mano dura a los especuladores. Esto se lo llevó quien lo trajo», añadió Martínez.
Marta Ordóñez, madre de 3 hijos, expresó su descontento con el Gobierno Nacional ante la grave situación que se encuentra Venezuela. «Yo era chavista y firmé para el revocatorio, este Gobierno ya no sabe que más hacer ni que inventarse. El pueblo tiene hambre, hay mucha miseria. El revocatorio es un derecho y no pueden oponerse a eso», afirmó.
«Esas marchas que se han hecho es motivo del descontento de los venezolanos hacia el Gobierno, pero mucha gente prefiere hacer su cola para comprar comida que marchar y se entiende. Que más tiene que vivir este país para salir de esta pesadilla», finalizó Ordóñez.
Jorge Contreras, un venezolano más afectado por la crisis del país, recalcó que el hampa se ha adueñado de Venezuela cada vez más. «Las persona viven en paranoia cuando salen a la calle y hasta en su propia casa. No es posible que uno no pueda salir con un reloj puesto o cualquier prenda costosa porque vienen los malandros a quitartelo en segundos, algo que ha costado tanto conseguirlo y si no tienes nada te quitan la vida», dijo.
«He sido víctima del hampa más de tres veces y en esas ocasiones me han puesto una pistola en el pecho amenazandome de muerte sino entrego mis pertenencias; lo más insólito de todo es que los policías son más malandros que cualquier otro delincuente. Vivimos en el país mas peligroso del mundo», concluyó Contreras.
Finalmente, otras personas quisieron aprovechar de expresar su descontento y afirmaron que la situación del país es una experiencia para aprender de los errores y no volver a caer en la miseria. «Esto sirve para aprender y no dejarse manipular por otro Gobierno dictador, lamentablemente caímos en lo más bajo para abrir los ojos», argumentaron. Ysabel E. Atique
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