El ideal de una sociedad justa es la mayor suma de felicidad, la mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política
Simón Bolívar (1819)
Trabajo, comida, medicina, techo, convivencia, seguridad, deberes y derechos conducen inexorablemente a vivir en paz en el ideal de una sociedad justa. La armonía entre las personas con respeto y afecto es vivir en paz entre personas, familiares y vecinos, sin distinciones de raza, credo, sexo o condición social.
Ninguna doctrina política podrá imponer la eliminación de la sociedad, de la propiedad privada y del libre desenvolvimiento de la personalidad y, por supuesto, nunca podrá tener la calificación de ser una doctrina democrática.
El socialismo científico, como lo denominó Marx y lo estableció con Engels en el Manifiesto Comunista, lleva en sus postulados esos principios por la vía de la revolución permanente absolutamente distante a lo que llamó el socialismo utópico de Robert Owen, por ser el real creador del socialismo por medio de la evolución de conciencia y de la fraternidad humana, plasmado en su obra “Nueva visión de la sociedad” (1823), que es el socialismo democrático inmerso en la Internacional Socialista.
El socialismo que se ha llamado bolivariano y democrático es el socialismo marxista al que Hugo Chávez, presidente de la república. En acto en la Asamblea Nacional se confesó marxista y lo repitió encarecidamente, por lo que sin efectuar análisis justificativo, el partido de gobierno y el gobierno asumieron como su legado el marxismo, dentro de sus principios de la eliminación de la clase social, la propiedad privada y el control del gobierno de la producción y los servicios.
Ello está plenamente evidenciado por los hechos del gobierno, en el cual la condición de sistema o doctrina democrática del marxismo no existe, ni puede existir en el llamado socialismo bolivariano.
El control absoluto del trabajo depende del gobierno y los desempleados por cierre de fábricas debido a la carencia de insumos, muy poco importa, siempre y cuando la fábrica sea absorbida por el gobierno.
La falta de comida y de medicinas, igualmente es manifiestamente escandalosa, al ver colas y colas como pordioseros con la indiferencia del gobierno, atentatorio a crimen de lesa humanidad y que rompe con la paz ciudadana. La Gran Misión Vivienda Venezuela es plausible, pero no puede olvidarse que techo sin trabajo, comida ni medicina conlleva a la inseguridad ciudadana, al estrés y a la violencia.
Vivienda dada en comodato, es decir, en préstamo, sin tener propiedad y no ser activo sucesoral, es una jaula, en donde se les proporciona bolsitas de comida, se le cambia el agua, se le paga la luz y se le bota la basura, que no es “mayor suma de felicidad”, sino la crasa esclavitud del pensamiento, peor que la esclavitud física.
La democracia capitalista es igualmente corrupta y salvaje, pero el comunismo no es perfectible por ser dogmático e irreflexivo y la democracia puede deslastrarse en sí misma para la perfectibilidad en un Estado de Derecho Justo, de un gobierno que vele por la mayor suma de felicidad para el ideal de una sociedad justa.
Cesáreo José Espinal Vásquez
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