Paliza 133-105 traslada favoritismo a Thunder sobre Warriors
“Es sólo un partido. No vale más que otro a pesar de la diferencia en el marcador” – sueltan jerarcas y optimistas para insuflar esperanzas al derrotado. “Demasiada superioridad”, insisten del otro lado, rematando -en alusión al MVP- que “Westbrook es mejor en todo y por mucho”.
El origen, por supuesto, es la paliza que propinó el domingo Oklahoma Thunder a Golden State Warriors, 133-105, para tomar ventaja 2-1 en la final del Oeste de la NBA. Dominio absoluto, desde una primera mitad 72-47 y con una ventaja que llegó a ser de 42 puntos y habla bien claro sobre lo ocurrido en la cancha: control global del juego, con cifras de 52-38 en los rebotes y 21-19 en asistencias. Que se quedan cortas, como los porcentajes de tiro (50-41, 32-30 y, en libres, 89-76%), pues en los momentos fundamentales la diferencia fue mayor.
Durán 33 tantos (15-10 de cancha) y Westbrook (30 (19-10) y 12 asistencias encabezaron una ofensiva demoledora, adentro y a distancia, el cuadro manejando la pelota para que cuando la defensa intentara superioridad numérica surgieran Robertson (13, 5-3 en triples), Ibaka (14), Waiters (13) y Kanter (10), para castigar desde afuera o en la pintura, según determinaran los movimientos contrarios. Y en la defensa no solo dominaron los tableros, sino que su marcación minimizó, con ayudas y desplazamientos precisos, la fuerza del adversario desde el perímetro. Es decir, control total del juego, con Durán, Westbrook e Ibaka bajando cada uno 8 rebotes, Kanter 12.
La superioridad generó enorme desconcierto en unos Warriors que tuvieron a Curry con 24 puntos (17-7 de cancha, 11-3 en libres, 8-7 desde la línea), Thompson 18 (19-8 y 8-2, 3 pérdidas), mientras Green desaparecía en los dos lados (6 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 4 pérdidas). Tampoco Bogut y Ezeli pudieron con la fortaleza de los Thunder bajo el aro y hasta en asistencias, rubro habitualmente dominado por el campeón, líder de la liga, mandaron los de casa 21-19. Dicho en criollo, los sacaron de la cancha.
El resultado, añadido al triunfo de visita en el primer juego, y sobre todo la amplitud, ha volteado el favoritismo hacia Oklahoma. Por ello, cuando disputen el cuarto, hoy, los Warriors están forzados a recuperar terreno, so pena de quedar al borde de una eliminación rápida que sería sorpresa descomunal. Hasta ahora no han perdido juegos seguidos, se han recuperado de malas jornadas –ninguna tan desastrosa- y detrás suyo están en juego pronósticos a veces avasallantes. Pero mucho tendrán que mejorar ante un rival que no solo lo está haciendo todo bien, sino que con esa felpa se dio un empujón anímico significativo.
-Armando Naranjo-