Una serie de explosiones, entre las que hubo ataques suicidas, sacudieron bastiones del gobierno sirio el lunes, matando más de 80 personas e hiriendo a 200 más, dijeron medios estatales y activistas de la oposición.
El grupo extremista Estado Islámico reivindicó los atentados.
Los ataques letales contra las normalmente tranquilas ciudades progubernamentales de Tartus y Jableh fueron los primeros contra civiles en la zona desde el inicio de la guerra siria, que está en su sexto año.
Los objetivos incluyeron estaciones de autobús y un hospital, y marcaron una escalada del conflicto mientras potencias mundiales y el enviado especial de Naciones Unidas para Siria intentan reanudar las conversaciones de paz.