1.500 familias de franquiciados de Empresas Polar no perciben ingresos desde hace 38 días por la reducción en la distribución de bebidas y alimentos, a causa de la falta de materia prima
Juana Santoya, de 52 años de edad, tiene junto con su esposo una franquicia de Polar en Los Frailes de Catia, Caracas. Ambos llevan más de 30 días sin vender los productos de la compañía.
“El negocio se para porque no le llega la cerveza. Es la única entrada de dinero que tenemos (…) Él empezó como un empleado y la empresa le dio la posibilidad de vender los productos después de que el primer dueño se la dejara”, relató.
Santoya contó que llevan 27 años de trabajo. Para ella, es muy importante la estabilidad de sus tres ayudantes, quienes aún cobran sueldo; aunque en ocasiones su esposo ha tenido que usar el dinero de sus ahorros para pagarles.
“Mi esposo ayuda a sus empleados. Hay uno de ellos que tiene un hijo con diabetes y los asiste con la compra del medicamento (…) Llamamos al Ejecutivo a que recapacite y permita reactivar la producción y en, por lo menos, 30 ó 40 días podremos recuperarnos”, explicó.
El rostro de la mujer denotaba preocupación. Ella, junto a otras esposas, estuvo en la protesta de trabajadores de la compañía que se llevó a cabo este miércoles en el sector Los Ruices de Caracas.
Henyd Pereira, de 53 años de edad, es esposa de otro de los franquiciados. Su negocio está en los Valles del Tuy y hasta hace unos días llevaban 20 años ofertando los productos de Polar.
“El motor que me trajo aquí es la angustia que sentimos todas las familias que nos quedamos sin ingresos por la falta de materia prima, al igual que todos los trabajadores que dependen de la franquicia”, explicó.
Pereira dijo que ella y su esposo ayudaban a la comunidad con el suministro de alimentos para los vecinos y colaboraban con la remodelación de espacios de recreación en conjunto con los consejos comunales.
“Mi marido tiene 60 años, si él se queda sin trabajo el gobierno no le dará uno (…) Mi hijo ahora está encargado y con esta situación pierde su negocio”, acotó.
La mujer indicó que aún tienen que seguir con la paga a sus empleados y el mantenimiento del local: “Hay gastos y no hay mantenimiento”.
En la actualidad, todas sus plantas de producción de cerveza y malta están inactivas por la escasez de cebada e insumos para el embotellado. En el caso de los alimentos, la producción de arroz, avena, mayonesa y salsa de tomate están en crisis por el mismo motivo. EN
YM