Cual bufón del circo imperial, Álvaro Uribe asumió su papel de mensajero del diablo al pedirle a un «país democrático» que ponga «sus fuerzas armadas democráticas al servicio de la protección de la oposición de Venezuela»
Recientemente se realizó en Miami un cónclave de la ultraderecha iberoamericana tutelada por Washington, agrupada en la organización de fachada «Concordia The Americas», con la participación del inefable Secretario General de la OEA, Luis Almagro; del presidente del BID, Luis Moreno; de los expresidentes Piñera (Chile), Quiroga (Bolivia), La Calle (Uruguay), Uribe (Colombia), Aznar (España); Paula Dobriansky, representante del presidente Obama; John Negroponte, exjefe de inteligencia de George Bush; y de altos ejecutivos de corporaciones transnacionales.
Esta reunión se inscribe en la ofensiva estadounidense dirigida a recuperar el control político perdido en la región, con el surgimiento de gobiernos progresistas y de izquierda en el siglo XXI. También con la intención de reflotar a la OEA para que retome su rol histórico de «ministerio de colonias» y de paso esterilizar la Celac y la Unasur, buscando hundir por 200 años más el proyecto bolivariano de la unidad latinoamericana y caribeña.
Fue una caja de resonancia para impulsar la aplicación al gobierno venezolano de la carta democrática interamericana, como preámbulo de una intervención militar «humanitaria» en Venezuela, como la sufrida por Siria y Libia.
El vocero de ese aquelarre fue el enemigo jurado de Venezuela, carnal de Pablo Escobar, gran gurú narcoparamilitar, el expresidente Alvaro Uribe, alias «Dr. Varito». Este señor de la guerra, saboteador insomne de la paz en Colombia, de nuevo metió sus manos inmundas, manchadas de la sangre del hermano pueblo colombiano, en los asuntos internos del país. Cual bufón del circo imperial, asumió su papel de mensajero del diablo al pedirle a un «país democrático» que ponga «sus fuerzas armadas democráticas al servicio de la protección de la oposición de Venezuela». Este pedido se inscribe en el «cambio político» exigido por Obama y en la «Operación Venezuela Freedom-2», puesta en marcha por el Comando Sur.
Ante la amenaza a nuestro derecho a la autodeterminación no tienen cabida medias tintas. Los asuntos internos solo competen a los venezolanos y quienes promueven la injerencia externa de hecho no lo son. Los patriotas solo tienen como opción la defensa del sagrado suelo de la Patria ante cualquier intervención extranjera.
“Ante la amenaza a nuestro derecho a la autodeterminación no tienen cabida medias tintas…”
Gustavo Márquez Marín
aporrea.org