Es evidente que nunca el régimen que desgobierna Venezuela estuvo tan solo, tras haber constatado el mundo en las elecciones del pasado 6 de diciembre que ese proyecto autoritario no cuenta ya con apoyo popular
Tras culminar ayer sábado 28 de mayo en República Dominicana el encuentro entre representantes de los demócratas venezolanos y el ex jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado éste por los expresidentes Martín Torrijos, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, es absolutamente pertinente ratificar que Revocatorio, libertad de los presos y exiliados políticos, atención a las víctimas de la crisis humanitaria, respeto a la AN y a la Constitución son en nuestra opinión los temas del único diálogo que en realidad interesa al pueblo venezolano: un diálogo genuino que conduzca al Referendo Revocatorio, que es el camino constitucional para que el pueblo venezolano resuelva por si mismo la crisis a través de unas elecciones adelantadas.
Es importante destacar que esta reunión se produce en un contexto altamente favorable para la lucha del pueblo venezolano por la libertad y la democracia. Al muy importante comunicado del G7 hay que agregarle otros varios elementos, que se hicieron visibles ante el mundo en las últimas 72 horas: la solicitud de Paraguay a Mercosur para discutir la situación de Venezuela; el significativo gesto del Papa Francisco recibiendo al secretario de Unasur, Ernesto Samper; la declaración del Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, respaldando la mediación de Zapatero, son datos todos reveladores de la voluntad política de la comunidad internacional orientada a respaldar la solución pacífica, electoral, política a la crisis venezolana.
Es evidente que nunca el régimen que desgobierna Venezuela estuvo tan solo, tras haber constatado el mundo en las elecciones del pasado 6 de diciembre que ese proyecto autoritario no cuenta ya con apoyo popular. Eso es lo que hizo posible que el pasado viernes 27 y ayer sábado 28 de mayo los expresidentes Zapatero, Torrijos y Fernández se reunieran con nuestros representantes (Carlos Vecchio, VP; Luis Aquiles Moreno, AD; Alfonso Marquina, PJ; Timoteo Zambrano, UNT), que expusieron nuestro puntos para la agenda de cualquier diálogo posible.
Estos puntos son: A) Que la crisis venezolana encuentre solución pacífica mediante la consulta democrática al pueblo: Referendo Revocatorio; B) Libertad de los presos, cese de la judicialización por persecución política y retorno de los exiliados; C) Admisión del régimen de la ayuda internacional en medicinas y alimentos para atender con urgencia la crisis humanitaria, y construcción de soluciones a la crisis económica generada por la corrupción oficial y el modelo económico generador de miseria, en el marco de los 10 puntos para la recuperación económica elaborados por la Asamblea Nacional; y D) Respeto a la Constitución, a la separación de poderes y a la Asamblea Nacional.
Esos puntos se los llevaron los expresidentes a los representantes de la parte oficialista, con quienes no se ha producido encuentro directo alguno: este ha sido un encuentro de las partes con los mediadores.
El resultado de este encuentro será expuesto detalladamente por la Unidad al pueblo venezolano, para determinar los pasos a seguir.
Otro aspecto importante a destacar es que esta iniciativa no solo no contradice o colide con los esfuerzos que hemos estado promoviendo desde la OEA, con el apoyo de destacados amigos de la lucha del pueblo venezolano por la democracia, sino que es exactamente lo contrario: esto que está pasando ocurre precisamente porque en la OEA está avanzando la activacion de la Carta Democrática, y para que estas otras gestiones (mediación de Zapatero, Unasur, Mercosur, etc.) sigan avanzando, es fundamental que la presión desde la OEA se mantenga e incremente.
La realización de esta reunión y las posiciones en ella sostenidas por los representantes de la Unidad es congruente con todo lo expresado ya en los comunicados de la Unidad de fecha 19 de Mayo, tras el primer encuentro de representantes de la MUD con Rodríguez Zapatero, y el emitido con fecha 27 de mayo, en agradecida respuesta al comunicado del G7: «El diálogo necesario es aquel que apuntale y promueva la realización y acatamiento de la consulta electoral. Ninguna salida de fuerza será sostenible, pues nada detendrá a un pueblo que quiere cambio, democracia y libertad».
La misma MUD que logró la victoria electoral del 6D, la misma que desde la AN ha enfrentado el hostigamiento de los grupos violentos y el cerco de los otros poderes arrodillados al Ejecutivo, la misma que ha convocado una y otra vez a la calle y desde la calle ha reclamado primero la planilla para recoger las firmas que permitan activar el Revocatorio y ahora la validación de esas firmas para proceder de una vez a recabar el 20 % de voluntades que convoque de una vez por todas el RR, la misma MUD que se ha solidarizado en la calle con la protesta ciudadana por los apagones, por la falta de alimentos, por la criminal escasez de medicinas, por la inseguridad atroz, es la misma MUD que desde los escenarios internacionales ahora cierra el cerco alrededor de la cada vez más aislada cúpula corrupta que desgobierna al país.
En efecto, a lo logrado en la OEA, en el Parlamento Europeo, en la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y en tantos otros espacios, se suma ahora esta realidad: el régimen, que con tanta virulencia retórica, ha rechazado o intentado disfrazar la importancia de la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana, ahora tiene que aceptar una mediación como la de Zapatero, públicamente apoyada por el Departamento de Estado norteamericano a través de su vocero más caracterizado, el Secretario de Estado, John Kerry; el mismo régimen que incurrió en la barbaridad de rechazar la visita de monseñor Paul Richard Gallagher, ahora tiene que agradecer que el propio Papa Francisco haya recibido hace 48 horas al Secretario de Unasur, Ernesto Samper, para apoyar la mediación y con ella la búsqueda de una solución pacífica y electoral que neciamente el desgobierno ha intentado obstaculizar.
Este es un “detalle” que cierta minoría estridente debería tomar en cuenta: si la reunión en Dominicana fue una “trampa” para beneficiar a la “dictadura”, en esa “trampa” estarían participando -entre otros- “el Imperio” y el Vaticano, una necedad que ni el más histérico de los “duros del teclado” se la cree, pues lo que en realidad está ocurriendo es que la comunidad internacional entendió finalmente dos cosas: primero, que la continuidad de Maduro en el poder pone a Venezuela y a la región entera en riesgo de colapso violento; y segundo, que en Venezuela hay una fuerza mayoritaria, serena y seria, como lo es la Unidad Democrática, garantía de una transición pacífica y de un futuro de progreso e inclusión.
¡Pa’lante!
«El diálogo necesario es aquel que apuntale y promueva la realización y acatamiento de la consulta electoral. Ninguna salida de fuerza será sostenible, pues nada detendrá a un pueblo que quiere cambio, democracia y libertad»