El profesor Marcelino Bisbal analiza la situación del periodismo actualmente en Venezuela y además tiene un libro donde lo cuenta todo
El periodismo y la democracia crecieron juntos. Ellos crecerán y prosperarán, o morirán juntos, afirma Marcelino Bisbal, quien remite ese juicio tan contundente del periodista Bill Kovach, quien trabajó en The New York Times.
–Y hablando de periodismo y democracia, ¿cuál es su balance de la actual situación de las comunicaciones en Venezuela?
–En materia de medios de comunicación y libertad de expresión, hoy en Venezuela prevalece, después de la muerte del presidente Chávez y estando en el poder Maduro, un modelo al que denominamos como mixto-autoritario, como lo señaló Andrés Cañizalez en el prólogo de mi más reciente libro, Autoritarismo comunicacional.
–¿Hay, pues, un nuevo régimen comunicativo?
–Sí, en la denominada era bolivariana, la subordinación de los medios y sus comunicaciones con respecto a la política, ha venido siendo una constante impuesta desde la cúspide del poder. El debate politico, para el mundo oficialista, se juega en y desde los medios, de ahí que el gobierno haya querido imponer lo que denominamos un nuevo regimen comunicativo.
Bisbal explica que este nuevo modelo de estructura comunicacional ha intentado, con éxito, la ruptura, reorientación y reorganización del régimen comunicativo anterior, especialmente de “los llamados medios públicos, nunca tan gubernamentalizados y partidizados como en los tiempos presentes, con la única función de asegurar un orden fundado en controles oficiales para inducir en la sociedad la idea de que el hombre nuevo está naciendo y, al mismo tiempo, llevándose por el medio la memoria del pasado politico, la historia del país, su cultura, su identidad y hasta las actitudes de tolerancia y pluralismo”.
Puntualiza Bisbal que para la democracia y el periodismo los tiempos han transcurrido en el mundo y particularmente en Venezuela, donde en estos años las comunicaciones y las politicas públicas impuestas por el Gobierno han sido de mayor control y regulación, al mismo tiempo que se han creado mecanismos juridicos que han significado intimidación y autocensura, así como “el diseño de una amplísima plataforma mediática de carácter hegemónico y el establecimiento y puesta en marcha de una narrativa y arquitectura simbólica que ha logrado convencer a la mitad del país”.
Reitera que esa operación de cambio o transformación que se puso en marcha desde los sucesos de 2002 se conecta con la idea expuesta en la nación brasileña de 1934, “en plena dictadura de Getulio Vargas, cuando un grupo de intelectuales, cobijados en su gobierno, le dijeron a este que los medios de comunicación no deben pensarse como simples medios de diversión, sino como armas politicas sometidas al control de la razón del Estado”.
–¿Para donde van los tiros o cómo analiza la actual situación el periodismo criollo?
–Lo que ha venido ocurriendo en el tiempo es la pérdida de un periodismo crítico, plural e independiente. Y enumero aquí algunos casos de restricciones a la libertad de expresión y de información que hacen peligrar al periodismo y a la misma democracia, tales como: el escandaloso secuestro de la radio television pública; el asalto a Conatel para convertirlo en una entidad más política que técnica; la creación de leyes que controlan contenidos incómodos para el gobierno, esto por supuesto antes del 6D, que cambió a la Asamblea Nacional; la discriminación publicitaria hacia los medios que son críticos; el caso de RCTV; la concepción de las telecomunicaciones para la construcción de una sociedad socialista, y el intento sostenido de querer imponer un modelo cultural distinto de corte personalista,autoritario y militarista.
La censura y la autocensura
Puntualiza Bisbal que en su libro sobre Autoritarismo comunicacional procura dar a conocer cómo el régimen chavista ha puesto de manifiesto, como ningún otro gobierno, lo que dijera Antonio Pasquali en cierta oportunidad: «El chavista es el primer gobierno del país que comprende la importancia capital de las comunicaciones para modelar sociedades, y es una lástima que haya aplicado esa comprensión a la causa equivocada”.
“En mi libro ofrecemos pruebas al lector de cómo el objetivo del gobierno de Maduro es silenciar a los medios, no permitirles visibilizar lo que ocurre. No dejar que los hechos sean contados tanto dentro como fuera del país. Los gestos y prácticas que se han venido desarrollando en estos tres años de Nicolás Maduro y su grupo han demostrado crudamente que la censura se ha vuelto a instalar entre nosotros. Qué decir de la autocensura, que se ha hecho presente en gran cantidad de medios y periodistas”.
Finalmente, asevera que los diagnósticos actuales sobre comunicación e información apuntan de manera muy general que la libertad de expresión no se reduce solamente a la censura directa de un medio, o a poner presos a los profesionales del periodismo, sino que también existen otros caminos que afectan el derecho a esa libertad cívica. “Estos caminos se apoyan en la intimidación, hostigamiento judicial, restricciones administrativas, detenciones arbitrarias de periodistas, uso de información para desprestigio de medios y periodistas. Además, nos confirman lo que hemos venido padeciendo los venezolanos a lo largo de todos estos días: la censura y la mordaza están al desnudo».
«El chavista es el primer gobierno del país que comprende la importancia capital de las comunicaciones para modelar sociedades, y es una lástima que haya aplicado esa comprensión a la causa equivocada”
Antonio Pasquali
E.A. Moreno-Uribe