Los tres ladrones que irrumpieron en la casa Nº 2 del sector Salto Ángel II, frente a Colinas de Unare, sabían exactamente lo que buscaban y hacia dónde se dirigían, pero subestimar la destreza del propietario fue un error que uno de ellos pagó con su vida.
Alrededor del cadáver quedó el revólver calibre 38 milímetros que usó el maleante para intimidar al efectivo adscrito a la Policía del Estado Anzoátegui.
El plan de Jairo Jesús Luces Hernández y de sus dos acompañantes falló cuando el funcionario los encaró la madrugada de este sábado.
Los tres proyectiles que escupió su armamento, atravesaron el cuerpo del hombre de 27 años y lo dejaron tendido en un charco de sangre.
Ya no respiraba cuando los paramédicos del Servicio Autónomo de Emergencias Bolívar (Saeb 1-7-1) intentaron socorrerlo.
Dio el parte…
Eran las 2:00 a.m. cuando los uniformados de la Policía del Estado Bolívar (PEB) recorrían la Avenida Norte Sur y un cuñado del oficial les informó lo sucedido.
Para el momento en que los estadales arribaron a la vivienda del polianzoátegui, ubicada en la manzana 2, los restos del asaltante yacían justo en la entrada.
Allí se apostaron las comisiones de las comisarías de Unare y Los Olivos para resguardar las evidencias del hecho y aguardar por la llegada de los expertos del Eje de Investigaciones de Homicidios de la policía científica.
La noticia no tardó en regarse entre los familiares del caído, pues este vivía en Barrio Guayana, en Unare II, así que en cuestiones de minutos acudieron al lugar y lo reconocieron.