Las trompas pueden ser seccionadas, recortadas, ligadas, cauterizadas o bloqueadas
Con el paso del tiempo se ha incrementado el número de mujeres que deciden controlar su fecundidad y, por ello, eligen ligar las trompas de Falopio como un método anticonceptivo; sin embargo, con el paso del tiempo algunas cambian de parecer.
La ligadura de trompas implica el hecho de llevar a cabo un cerramiento de las trompas de Falopio, encargadas de conectar los ovarios con el útero. Las trompas pueden ser seccionadas, recortadas, ligadas, cauterizadas o bloqueadas por medio de métodos no quirúrgicos. Hasta hace 20 años la esterilización quirúrgica era un método definitivo para evitar la fecundación.
El ginecobstetra Alejandro Pérez Fabbi expresa que el porcentaje de mujeres que desean volver a tener hijos después de ser canceladas es de 10 puntos, es decir, 10 de cada 100 mujeres anhelan volver a concebir.
Estas mujeres optan por realizarse una operación que se denomina recanalización de trompas de Falopio. Esta intervención revierte el corte y la ligadura de las trompas realizadas después de una cesárea, de un parto o en una minilaparotomía.
Incluso algunas, confiesa Pérez, llegan a padecer el síndrome del nido vacío, una sensación general de soledad que los padres o tutores pueden sentir cuando uno o más de sus hijos abandonan el hogar.
Sin embargo, otras presentan el síndrome posminilaparotomía, que consiste en pérdida casi total del deseo sexual, caída del cabello y resequedad vaginal. Las mujeres quedan con mucho ardor después de la actividad sexual, por eso se rehúsan a tenerla.
Además, entre las causas figura la esterilización involuntaria cuando una joven menor de edad es cancelada por orden de sus padres o con autorización de ellos. Tal vez ya tiene 3 hijos a los 18 años de edad, pero años después desea tener hijos con otra persona y se crea el conflicto, porque a su vez fue esterilizada sin su consentimiento total.