El ingeniero y profesor universitario Luis Negrín Navas, con más de 30 años de experiencia en el ramo, acompañado por el ingeniero agrónomo Vicente Petit y el profesor Gonzalo Aragort, fue más enfático al señalar que, sólo en Higuerote y Río chico se han paralizado 98 obras
Un grupo de profesionales y técnicos de Barlovento se acercó al diario La Voz para denunciar lo que, a su juicio, constituye un atentado contra la estabilidad laboral y social en esta sub región, en tanto, más de 300 obras están paralizadas por la escasez de cemento, cabillas y otros insumos, lo cual deja sin empleo a miles de padres de familias y sin servicios a estas localidades. Todo lo cual agrava la crisis social que vivimos, ya que, a estas familias sin empleo, les resultará más difícil su acceso a bienes como alimentos y medicinas, y, además, se acentuará la crisis en la prestación de servicios como la electricidad y el agua.
El ingeniero y profesor universitario Luis Negrín Navas, con más de 30 años de experiencia en el ramo, fue más enfático al señalar que, sólo en Higuerote y Río chico se han paralizado 98 obras; las que aún están en marcha han visto ralentizar su avance debido a dificultades en la procura de materiales en un mercado controlado por bachaqueros rojos y verde oliva; además, agrega Negrín, resulta alarmante ver las filas de hombres y mujeres que esperan a las puertas de estas obras, desesperados por la necesidad de un empleo; muchas de estas obras han implicado un endeudamiento de sus promotores con entes financieros que presionan por el pago de sus créditos.
Negrín, acompañado por el ingeniero agrónomo Vicente Petit y el profesor Gonzalo Aragort, señala que esta crisis es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional por sus políticas económicas erradas y el contubernio sostenido con empresas extranjeras, en desmedro del talento y la fuerza laboral local.
Por ello exhortan a la Asamblea Nacional a abrir una pronta investigación sobre la paralización de importantes obras en nuestra región muchas de las cuales fueran contratadas a empresas brasileras, hoy bajo el escrutinio ético en su país y cobijadas, en nuestra región, por un protectorado mirandino de corrupción y nepotismo, concluyen.