Hasta la sentencia final a mediados de agosto del juicio político a la suspendida mandataria, hay una breve eternidad sembrada de peligros. Y al final, cuatro escenarios posibles para el mayor país de América Latina
Michel Temer y Dilma Rousseff deberán esperar dos largos meses para saber quién se queda con la presidencia de Brasil, una travesía riesgosa donde las traiciones y las acusaciones de corrupción podrían inclinar la balanza para cualquiera de los dos lados.
Hasta la sentencia final a mediados de agosto, hay una breve eternidad sembrada de peligros. Y al final, cuatro escenarios posibles para el mayor país de América Latina.
• Rousseff destituida,
Temer hasta 2018 …
Es el escenario más probable. Son necesarios 54 de los 81 votos posibles en el Senado para poner punto final al mandato de Rousseff. La votación tendría lugar el 15 de agosto, en plenos Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.
En mayo, los apoyos a la destitución sumaron 55 y ahora la cuenta se sitúa entre 58 y 60, dijo el jefe de gabinete, Eliseu Padilha, esta semana.
De corroborarse el respaldo a la acusación de que Rousseff tergiversó las cuentas públicas para ser reelecta en 2014, y siguió aumentado el gasto sin autorización del Congreso en 2015, su exvicepresidente -transformado en opositor feroz- gobernará hasta fines de 2018.
«La lógica indica que los votos por la admisibilidad del proceso seguirán luego como votos para la destitución porque ya se discutió mucho el mérito de la acusación. Hay una convicción formada», dijo a la AFP el senador Alvaro Dias, del Partido Verde.
La espada de Damocles de Temer es la Operación Lava Jato, que destapó un megafraude político empresarial en la estatal Petrobras. La causa ya le costó dos ministros y la fiscalía puso a su partido, el PMDB de centro-derecha, en la mira.
• Proceso archivado:
Rousseff vuelve al poder
Para salvarse, Rousseff necesita que sus rivales no sumen 54 votos (dos tercios de la Cámara alta). En teoría, con apenas un puñado de senadores que cambien la posición que adoptaron al momento de aceptar el proceso sería suficiente.
Pero el deterioro político de la mandataria fue tan veloz y agudo, que en el año y medio que transcurrió desde que asumió no tuvo una sola victoria de peso.
Con la dinámica claramente en su contra, incluso en su propia fuerza creen que será difícil recrear las condiciones que le permitan terminar el mandato, podría regresar para jugar un rol en el diseño del futuro político inmediato de Brasil.
Una vez más, el futuro está atado a las revelaciones de la trama delictiva en Petrobras.
Si hay nuevos ministros involucrados y son llevadas a prisión algunas figuras del PMDB es muy posible que no lleguen a tener los 54 votos en el plenario del Senado y vuelva la opción Dilma. Ahí se abriría la posibilidad de una negociación, un referendo, un plebiscito para una enmienda constitucional que lleve a adelantar las elecciones», explicó Mohallem.
Acuerdo político para
anticipar las elecciones
Dilma Rousseff busca desesperadamente una alternativa al impeachment que la dejó al borde del abismo y anticipó que si salva su mandato podría hacer un plebiscito para saber si los brasileños quieren anticipar las elecciones de 2018.
«Si tiene que haber nuevas elecciones siempre estaré a favor. Solo hay que considerar una cosa: no habrá democracia si mi mandato no es restablecido. Para que pueda haber cualquier tipo de proceso tiene que ser restablecido mi mandato y ahí se podrá consultar a la población y ver qué se hace», dijo el martes en una entrevista con un pequeño grupo de corresponsales extranjeros en la que participó la AFP.
Damian Wroclavsky / AFP