Los consternados republicanos buscaban protegerse el martes de la incendiaria respuesta de Donald Trump a la masacre de Orlando, mientras que el presidente Barack Obama y la demócrata Hillary Clinton lanzaron intensas críticas que dejaron claro el peligro potencial que el magnate representa para el Partido Republicano.
Las esperanzas que tenían sus colegas de ver un nuevo Trump «más presidencial» se están diluyendo al tiempo que se acentúan aún más las divisiones dentro del partido en torno a él.
Clinton, de campaña en Pittsburgh, dijo: «No necesitamos teorías de conspiración ni autocomplacencia patológica. Necesitamos liderazgo y planes concretos porque enfrentamos un enemigo cruel».
AP