Al acto acudirán representantes de los países garantes: por Cuba, el presidente Raúl Castro, y por Noruega, el canciller Borge Brende. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los presidentes de los países acompañantes de las pláticas, Nicolás Maduro, de Venezuela, y Michelle Bachelet, de Chile, estarán asimismo presentes.
El gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC anunciaron este miércoles haber concluido un histórico acuerdo de cese al fuego definitivo que abre la puerta a un pacto final de paz para acabar más de medio siglo de conflicto armado.
El gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) «informamos a la opinión pública que hemos llegado con éxito al acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo», dijeron las partes en un comunicado conjunto, sin especificar la fecha de entrada en vigor.
Este pacto, que cierra el espinoso punto del fin del conflicto incluido en la agenda de las conversaciones que se desarrollan desde noviembre de 2012 en Cuba, incluye un consenso sobre «la dejación de las armas; las garantías de seguridad (para los rebeldes) y la lucha contra las organizaciones criminales (…) sucesoras del paramilitarismo».
Anuncio oficial se
realizará este jueves
Ambas delegaciones indicaron que lo acordado «se dará a conocer» el jueves en un acto encabezado por el presidente Santos; el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez («Timochenko»); así como por representantes de los países garantes: por Cuba, el presidente Raúl Castro, y por Noruega, el canciller Borge Brende.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los presidentes de los países acompañantes de las pláticas, Nicolás Maduro, de Venezuela, y Michelle Bachelet, de Chile, estarán asimismo presentes, agregó el texto.
Poco antes del anuncio, el integrante de la delegación de paz de las FARC en Cuba Carlos Antonio Lozada escribió en su cuenta en Twitter: el «jueves 23 de junio anunciaremos #ElUltimoDiaDeLaGuerra».
Esa etiqueta era tendencia en la red social Twitter en Colombia, donde desde figuras públicas hasta cientos de ciudadanos se congratulaban por este avance definitivo del proceso de paz, aunque otros también expresaban su incredulidad.
«Sin lugar a dudas es el inicio de una etapa en la cual esa violencia organizada no va a ser el instrumento para construir una oposición política al Estado, es histórico en ese sentido», dijo a la AFP en Bogotá Jorge Restrepo, director del centro de seguimiento del conflicto Cerac.
Significa el fin del conflicto más longevo y sangriento del Hemisferio Occidental y una nueva oportunidad para apostarle a la democracia», apuntó por su parte Angelika Rettberg, directora de la maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes.
¿Lograr la paz en
menos de un mes?
En los últimos días, las partes habían acelerado las conversaciones. Santos, que la víspera exigió a los negociadores un «esfuerzo» para lograr un alto al fuego definitivo, «un paso fundamental» para lograr la paz, según dijo, estimó el lunes que los diálogos pueden estar finalizados para el 20 de julio, fiesta nacional en Colombia.
Santos y «Timochenko» se habían comprometido en septiembre a firmar la paz el 23 de marzo pasado. Sin embargo, no lograron cumplir el plazo ni han prometido otra fecha, aunque ambas partes han dicho que las conversaciones están ya en su recta final.
Mecanismos para referendo
Tras el anuncio del acuerdo sobre el fin del conflicto, resta consensuar el mecanismo de refrendación del acuerdo final, último punto de la agenda.
Santos quiere un plebiscito, mientras que las FARC, que antes reclamaban una Asamblea Constituyente, se declararon recientemente abiertas a una consulta popular.
El conflicto colombiano ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y miembros de la fuerza pública, dejando un saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados
Para la desmovilización de la guerrilla marxista, los negociadores discuten la creación de zonas de concentración de unos 7.000 rebeldes, cuyo desarme se hará bajo supervisión de la ONU.
AFP