No al diálogo de mentira

«La culpa nunca ha sido racional; distorsiona todas las facultades de la mente humana y las corrompe; le quita la libertad de razonar y lo deja confuso»

Edmund Burke

Político y escritor británico

 

La mentira nunca está provocada por lo que hacemos y decimos, sino por la manera en que consideramos una situación y nos calificamos por ella. Siempre será más fácil decir: “él es malo, yo soy el bueno”. El actual régimen quiere un diálogo, pero más bien creemos que lo que desea es imponer su punto de vista sin pensar que están errados. Es precisamente un mal detalle de lo que significa diálogo.

En nuestro concepto, el diálogo se describe por ser  una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o criterios de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo. Para ello será necesario establecer las normas para poder llevarlo a cabo y que rinda los frutos que se esperan de él. No es posible pensar que una de las partes quiera ser el que escoja los temas y además las personas que deben participar y descalificar los temas y esas personas que presentará la otra parte, creyéndose o sintiéndose con la verdad y la razón, ya que en esos momentos ejercen un poder, poco sustentable, según hemos podido observar. Los actores del régimen que hoy rige los destinos de nuestro país piensan que ellos son los magnánimos y que se debe respetar su voluntad absoluta.

Qué difícil resulta tener que hablar de diálogo con grupos que jamás han practicado la normas principales de urbanidad y el decoro en el ejercicio de sus funciones. No podemos ni debemos creer que la verdad tiene dueño. La verdad es relativa, pero sí sabemos que las circunstancias pueden mostrar una realidad objetiva muy cerca de la presunta verdad que buscan las partes. Si se lleva a cabo el diálogo que tanto cacarea Maduro, se debe tener en cuenta que él solo buscará el mejor camino para poner en práctica sus ideas. De no lograrlo volveremos a ser los apátridas, traidores y vendidos al imperio norteamericano.

¿No te has dado cuenta que hay personas que se siguen sintiendo culpables por algo que sucedió hace muchos años?, ¿podemos creer que esa culpa los ha beneficiado?, ¿o los ha llenado de odio y resentimientos sociales? Si vemos los acontecimientos y los hechos realizados por los chavistas y hoy por el minúsculo grupo madurista, nos daremos cuenta que siempre ponen una etiqueta negativa y su pensamiento gira y gira alrededor de esa etiqueta, devaluándonos y buscando disminuir el autoestima de los hombres y mujeres democráticos del país, algo que nunca podrán lograr, ya que nuestra moral y nuestra actitud en defensa de nuestra patria está signada en buscar la libertad arrebatada y crear nuevamente un Estado de Derecho que llene la razón y los verdaderos y auténticos principios de nuestra carta magna.

Es un momento histórico. Un diálogo no consensuado sería un retroceso en nuestras luchas por la democracia. O se habla con la verdad o no debemos ir a ningún diálogo propuesto por este desprestigiado y ya casi de ido régimen. Recordemos que nuestros libertadores son únicamente quienes nos libraron del yugo español y nunca los que hoy se quieren considerar “padres de la patria”. Por eso el diálogo podría ser otro engaño y fraude más contra los  sagrados principios de Simón Bolívar. No a la mentira y a la demagogia y por eso y por Venezuela solicitamos la renuncia de Maduro.

Salomón Benshimol R

sbenshimol@yahoo.com

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