La función policial es la acción que ejerce el Estado de permanente atención sobre la vida, los derechos y deberes y los bienes de las personas, para garantizar la convivencia y el bienestar colectivo de la sociedad, asegurando con ello el mantenimiento del orden público, la paz, la justicia y el progreso de la civilización.
La institución policial para cumplir con los fines asignados por el Estado divide su acción en dos aspectos de gran valor.
A) La acción preventiva, la cual tiene como propósito que el ciudadano ejerza a plenitud sus derechos sin perturbar los derechos de terceros, para ejercer esta acción la policía se vale de una serie de medios entre los cuales destaca el educativo que es el medio que la policía pone en práctica ante el pueblo a objeto de instruirlo en todos sus derechos y deberes cívicos.
B) La acción activa, la cual es puesta en práctica cuando la prevención no logra que el orden público se perturbe y en cambio se produzca el mal en el ciudadano y consecuencialmente en el grupo social. La acción activa no solo tiende a castigar la práctica delictiva, sino en especial orienta sus esfuerzos en educar al contraventor para lograr su reforma moral y espiritual a fin de que vuelva al seno social como un ciudadano acto y útil a la sociedad.
En la actualidad nos encontramos con el problema que niños y adolescentes pertenecientes a comunidades del Municipio Paz Castillo del Estado Miranda se ven envueltos en actividades delictivas, los cuales al ser tratados por funcionarios policiales presentan indicadores de falta de valores éticos que favorecen la ejecución de conductas anomicas.
En este sentido se considera necesario que la institución policial contribuya a la formacion de valores éticos en los niños y niñas que forman parte de las comunidades en las cuales se presenta el problema con mayor énfasis, considerando dichos valores como aquellas formas de ser y comportarse que configuran lo que el hombre aspira para su propia plenitud y la del genero humano sustentando nuestro sistema de creencias sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable en nuestras vidas. Por lo tanto los espacios preventivos deben convertirse en un escenario donde se vivan los valores en la cotidianidad, puesto que estos se aprenden e internalizan a través de la experiencia las cuales deben estar fundamentadas en acciones preventivas.
Por las razones antes expuestas se puede afirmar que: formar a los niños en valores éticos incidirá favorablemente para mejorar la seguridad ciudadana al convertir a los niños y niñas en seres capaces de afrontar sus compromisos y responsabilidades con ellos mismos y con la comunidad donde habitan desarrollando actividades y hábitos de vida tendentes a promover respuestas apropiadas y orientadas a la auto regulación y creatividad ciudadana.
En el mismo orden de ideas resulta menos costoso al estado adoptar medidas preventivas entendidas como un conjunto de acciones orientadas a evitar la ocurrencia de actos delictivos, a fin de obtener una mayor seguridad personal, comunal y social,que realizar el esfuerzo y la inversión necesaria para ejercer la acción represiva lo cual implica pérdidas de vidas, daños a la propiedad, ruptura del orden social, inversión de recursos para el funcionamiento del sistema judicial y penitenciario así como en la reeducación de personas detenidas entre otros.
Por los motivos antes referidos se recomienda a las instituciones policiales crear planes y programas de formación en valores éticos dirigidos a los niños y niñas habitantes de las comunidades con mayor incidencia delictiva dentro de su ámbito territorial partiendo del diagnóstico participativo con y el apoyo de los voceros de la comunidad para obtener un mejor conocimiento de la realidad, de los problemas que la afectan, los recursos con que cuentan y las potencialidades propias de la comunidad que puedan ser aprovechadas en beneficio de todos.
Con los resultados de las informaciones obtenidas se podrá priorizar y tomar decisiones adecuadas acerca de las necesidades y valores éticos que sean necesario formar y fortalecer en los niños y niñas de la comunidad objeto del diagnóstico, los planes y programas elaborados deberán ser aplicados y ejecutados por la policía comunaly los voceros y voceras formados como facilitadores en valores éticos y la supervisión de los programas y planes estará a cargo del director (a) de policía en coordinación con la oficina de prevención del delito.