La prensa tuvo el jueves la oportunidad de echar un vistazo al «alma» de los Juegos Olímpicos, al visitar la Villa Olímpica, el nuevo complejo de torres donde dormirán, comerán y entrenarán casi 11.000 atletas durante Río 2016.
Los organizadores de los Juegos afirmaron que el complejo, descrito como «una ciudad dentro de otra ciudad», es el mayor en la historia olímpica. Albergará también a unos 6.000 entrenadores e integrantes de las distintas delegaciones.
El complejo consta de 31 torres, de 17 pisos cada una, así como una cafetería colosal, un gimnasio, una oficina postal, una enfermería y un banco. Habrá 3.600 apartamentos, cada uno de tres o cuatro alcobas, con pequeños balcones. Desde algunos de éstos, puede apreciarse una favela cercana.
Todas las habitaciones son para dos personas. Disponen de un par de camas que pueden extenderse incluso a 2,3 metros para los atletas más altos. Incorporan también un guardarropa desmontable de tela con un marco metálico. En la sala habrá algunos sillones y estructuras para secar la ropa.
Asimismo, los apartamentos cuentan con aire acondicionado y aparatos eléctricos repelentes de mosquitos, con lo que se busca evitar que los atletas contraigan el virus del zika, al que se atribuye un incremento en los casos de microcefalia congénita en Brasil.