Susana Duijm se nos fue y el gobierno no le rindió honores, pero su hazaña y legado, es, fue y será referencia obligada. Una historia que a pesar de subestimar e ignorar, no será expropiada, porque ella le otorgó a Venezuela el orgullo y la referencia histórica de ser pionera y un símbolo de la cara bonita y positiva de un país, dentro y fuera de nuestras fronteras
La desaparición física de nuestra primera Miss Mundo y posteriormente una de las figuras más queridas y emblemáticas del país, enlutó a millones de venezolanos, quienes nos preguntamos el por qué del silencio del actual gobierno, que por lo visto solo llora y le importan los individuos o “personalidades” adeptas a su ideología, a quienes les rinden honores y decretan tres días de duelo, a pesar de algunos haber tenido como “legado” muchos episodios turbios y haber fallecido en extrañas circunstancia… ¿Si ella en vez de haber tenido una corona mundial hubiese tenido una boina roja todo hubiese sido distinto? La respuesta es más que obvia…
Todas las muertes y todos los muertos tienen dolientes y este no es el momento de caer en retóricas, ni es la intención de este análisis, pero nuestra Susana Duijm fue una venezolana ejemplar, que le dio a Venezuela la satisfacción y el orgullo de ser la primera latinoamericana en clasificar en el concurso de Miss Universo y posteriormente ser la primera latina en ganar la corona de Miss Mundo en 1955.
Y fue y será mucho más que eso. Susana es historia, emblema y símbolo de nuestro país y también fuente inspiradora de nuestro ahora desaparecido manjar criollo, la arepa. Susana brilló en el cine internacional, desfiló en importantes pasarelas, fue exitosa actriz y animadora de televisión y una mujer con la que el pueblo se sintió identificado por generaciones.
Es y será referencia histórica aquí y lejos de nuestras fronteras. Por qué no decretar tres días de luto nacional para ella y sí hacerlo con personas que nada tienen de mérito, ni de legado, solo el simple hecho de haber sido “revolucionarios”.
La memoria e historia
En nuestro país, la insensatez y la insensibilidad de un régimen no podrá nunca expropiar la historia. Podrá subestimarla, pero jamás borrarla. No haberle rendido los merecidos honores a Susana Duijm demuestra una total miseria humana, porque no se le puede llamar ignorancia, aunque habrá más de un personero o seguidor de este régimen que desconozca, o quiera desconocer su hazaña y desmeritarla.
Si lo hacen de manera descarada con la nada virtual crisis que atravesamos todos los venezolanos, se puede esperar cualquier cosa… Susana ya no está entre nosotros físicamente, pero su hazaña y obra son y serán referencia obligada e histórica de nuestro país.
Que el actual régimen la ignore no le resta mérito a su legado, ni borrará de nuestra memoria y corazón el orgullo que sentimos la mayoría de los venezolanos por una mujer que fue, es y será referencia mundial y un emblema de superación y demostración fehaciente de lo que son capaces de lograr nuestras mujeres venezolanas.
El pueblo de Venezuela llora a su reina, como miles de familias han llorado la desaparición de algunos de sus miembros por la ineptitud y falta de sensibilidad de un régimen que no tiene hambre, ni sufre, ni hace colas por comida o medicamentos, si no más bien niega la realidad que se está padeciendo y que no es virtual, porque solo basta salir a las calles para palparla.
Esta pérdida de valores se debe acabar, como debemos acabar con esta insensibilidad que no nos identificaba en un pasado reciente. ¡Llegó la hora!
“Susana Duijm fue una venezolana ejemplar, que le dio a Venezuela la satisfacción y el orgullo de ser la primera latinoamericana en clasificar en el concurso de Miss Universo y posteriormente ser la primera latina en ganar la corona de Miss Mundo en 1955…”