El jugador de cuadro venezolano Wilmer Flores asume el reto de mantener el nivel de juego de los Mets de Nueva York, azotado por lesiones
Ante la oleada de lesiones que ha diezmado el róster de los Mets en las últimas semanas, el venezolano Wilmer Flores ha pasado de ser un utility de poco impacto a ser una pieza crucial para los campeones defensores de la Liga Nacional.
La baja más sensible que ha sufrido la novena de Queens ha sido la del antesalista David Wright, quien fue operado el 16 de junio para repararle un disco herniado en el cuello y probablemente no vuelva a jugar este año. La ausencia de Wright le ha creado una oportunidad a Flores, quien ha fungido como el tercera base principal de los Mets desde que el veterano quedó fuera de acción a principios de junio.
Flores, de 24 años de edad, ha cumplido en dicho rol. El mes pasado, bateó para .289 con dos jonrones y 12 carreras impulsadas en 26 juegos y 76 turnos al bate, luego de registrar promedio de .167 en 60 turnos entre abril y mayo.
«Ha tenido la oportunidad de jugar. Durante mucho tiempo, hemos dicho que su potencial con el bate es lo que lo va a conducir», dijo el manager de los Mets, Terry Collins, acerca de Flores. «Nos ha brindado batazos grandes. Me alegro de que le haya llegado su oportunidad».
Flores atribuye su notable mejoría con el madero a tener una rutina y poder jugar con regularidad.
«El hecho de estar jugando todos los días te hace sentir un poquito más cómodo y llevas el juego verdadero tuyo allá fuera, ya que puedes hacer los ajustes necesarios», dijo Flores.
Flores disputó 137 partidos por los Mets en el 2015, en parte a raíz de otra ausencia prolongada de Wright, quien se perdió más de cuatro meses tras ser diagnosticado con estenosis de la espina dorsal.
Flores incluso protagonizó uno de los momentos más emotivos de dicha temporada al derramar lágrimas en el terreno durante un partido en julio luego de escuchar rumores de que había sido canjeado a los Cerveceros.
Pero de cara la campaña del 2016, el oriundo de Valencia se preparaba para una reducción drástica en su tiempo de juego debido la llegada de su compatriota, el veterano Asdrúbal Cabrera, quien ha fungido como el torpedero principal de los Mets este año.
A pesar de que ha dado la cara desde que comenzó a jugar a diario, el rol de Flores en los Mets para el resto de la temporada luce incierto, ya que el club está explorando otras opciones para la esquina caliente. Para empezar, Nueva York está a la espera de la llegada del ex torpedero del club, José Reyes. El dominicano, quien firmó un contrato de liga menor con los Mets el 25 de junio luego de cumplir una suspensión por violencia doméstica y ser puesto en libertad por los Rockies, está viendo acción como antesalista en ligas menores. La tropa de Collins también es uno de varios equipos que han observado en privado al cubano Yulieski Gurriel, agente libre que juega en la tercera base.
Flores asegura que no permite que nada de eso le afecte.
«Este año, ya tenía la mentalidad de que no iba a jugar (como titular)», dijo Flores. «No creo que (eso) vaya a afectar nada, venga quien venga o cualquier cambio que pase. Estoy jugando a base de que pasaron ciertas lesiones y de verdad no he pensado mucho en eso».
Sea cual sea el caso, Collins recalcó que Flores, quien también ha visto acción este año en las otras tres posiciones del cuadro interior, seguirá cumpliendo un rol importante en los Metropolitanos.
«No sabemos qué va a pasar en los próximos días, ni cuándo llegará José ni dónde va a estar», dijo el capataz. «Pero por lo menos ahora [Flores] ha tenido suficientes turnos al bate para ser más eficaz desde la banca y va a poder hacer lo que teníamos previsto al principio, que era usarlo ciertos días contra ciertos pitchers para darles un respiro a los demás muchachos. Aún le queda mucho tiempo de juego».
Nathalie Alonso
lasmayores.com