Unas cuarenta mil personas tomaron las calles de la capital inglesa este sábado, solicitando el Gobierno que no inicie el proceso de ruptura con la Unión Europea
Con globos y banderas de la UE, decenas de miles de personas se manifestaron este sábado en Londres en contra del «Brexit» y para pedir que el Gobierno no invoque el decisivo artículo 50 que iniciará el proceso de ruptura del Reino Unido con Bruselas.
Bajo el título «Marcha por Europa», unas 40.000 personas, según los medios locales, iniciaron la marcha desde Park Lane, en el centro de la ciudad, hasta la plaza del Parlamento, donde cantaron y pidieron a gritos mantener los lazos con Europa.
El evento se ha celebrado nueve días después del histórico referéndum sobre la Unión Europea, en el que los británicos votaron con casi el 52 por ciento de apoyo a favor de salir del bloque comunitario, pero cuyo resultado ha provocado una crisis política en el Reino Unido, con repercusiones para la economía del país.
«Europa, siempre te vamos a querer», «Estamos en una unión europea, mi novio es alemán» o «UE, te queremos» son algunos de los grandes carteles desplegados por los manifestantes, junto con banderas británicas y la azul con estrellas de la UE.
También se podían leer pancartas como «bremain» (lo opuesto a «brexit») o «La ciencia necesita a la UE».
Al llegar a la residencia oficial de Downing Street, muy próxima al Parlamento, los manifestantes se detuvieron y cantaron «En mi nombre no» al resaltar que no habían votado por el «brexit».
El evento, que ha transcurrido de manera pacífica, fue organizado por el cómico Mark Thomas y rápidamente contó con el respaldo de miles de ciudadanos a través de las redes sociales.
Según Thomas, el éxito de esta manifestación pone de manifiesto el «enfado, la frustración y la necesidad de hacer algo» tras el «brexit», por considerar que la campaña europea estuvo basada en muchas mentiras, sobre todo de índole económica.
«Deberíamos aceptar el resultado del referendo -dijo- si hubiera sido debatido de manera justa. Pero estuvo repleto de falta de información y la gente necesita hacer algo ante esta frustración».
El cantante Bob Geldof pidió a quienes apoyaron la permanencia que hablen con los vecinos y los compañeros de trabajo para evitar que se active el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
«Tenemos dos años en los que necesitamos encontrar la energía, la fortaleza» para «evitar que este país quede destruido», dijo.
«Las compañías se preparan para marcharse porque no podrán funcionar de la manera que lo hacían hasta ahora», agregó.
Por su parte, el lord laborista Michael Cashman dijo por un altavoz: «basta de mentiras, basta de odio, tenemos que respetar los valores de la democracia y la integración, centrales de la UE».
Un padre de 59 años, Bill Baker, y su hija Jess, de 22, residentes en el barrio londinense de Islington, montaron un cartel que reza: «UE, siempre te vamos a querer».
«No queríamos salir (de la UE) pero si uno respeta la decisión del referéndum, que deberíamos, queremos, no obstante, que el Reino Unido esté orientado hacia Europa», declaró Bill Baker a los medios.
Otra asistente a la marcha, Phillipa Griffin, de 40 años y que portaba una bandera francesa, admitió sentirse «conmocionada» por el resultado de la consulta y por las «mentiras» que rodearon a la campaña, que considera han llevado a la división del Reino Unido.
«Uno siente que nuestro país ya ha cambiado», agregó.
En otra punta de la marcha, el ingeniero William Dramard, de 36 años, dijo que dejó Francia para estudiar en Manchester, al norte de Inglaterra, hace 16 años y contó que está casado con una finlandesa, a la que conoció en el Reino Unido.
«Tengo esta familia gracias a la UE. Una de las razones por las que mi mujer y yo vinimos aquí fue por la libertad de movimiento (en la Unión). Nos conocimos aquí y empezamos a vivir juntos aquí. Este es ahora nuestro hogar», agregó Dramard, que acudió a la marcha con su perro mastín inglés.
Tras el «brexit», el primer ministro británico, el conservador David Cameron, anunció su intención de dimitir para que sea el próximo «premier» el que decida, una vez elegido el nuevo líder en septiembre, los pasos a seguir en las negociaciones sobre el «brexit».