El arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, almorzó con un grupo de niños y adultos en situación de calle en el salón de usos múltiples de la iglesia Nuestra Señora de la Paz en Montalbán I, luego de ofrecer una misa en conmemoración del Año Jubilar de la Misericordia decretado por el papa Francisco.
Urosa Savino, quien asistió al lugar por primera vez como cardenal, fue recibido por Marcos Linares, párroco de iglesia Nuestra Señora de la Paz.
«Bendecimos estos alimentos y la labor que realiza el padre Linares, ofrecer comida a los indigentes del país con mucho esfuerzo porque no escapamos a la crisis», indicó el cardenal Urosa Savino.
Los niños y adultos agradecieron su visita y compartieron con el cardenal de Caracas una sopa, pan, una bebida y un plato de arroz que se otorgó solo a los más pequeños.
El padre Marcos Linares precisó que con los alimentos que consiguen logran dar más de dos mil comidas al mes a indigentes, de lunes a domingos. «Tenemos 15 años en esta labor social», expresó.
Durante la misa el cardenal Urosa señaló que «hay gente que no está comiendo, que no tiene nada qué comer. También tenemos a difuntos fallecidos por la violencia asesina. Los venezolanos tenemos que resolver nuestros problemas de manera pacífica. Todos necesitamos el perdón de Dios. Tenemos que ayudar a los más necesitados y destacar la cualidad de Dios, la misericordia, como lo dice el Papa Francisco», dijo.
A su llegada al recinto, los representantes de distintas cofradías de Montalbán oraron por la salud del cardenal. «En esta Caracas tan difícil necesitamos la gracia de Dios en el año del Jubileo Episcopal».
Urosa participó en la confesión de más de 50 personas. «Hagamos un examen de conciencia a ver si estamos cumpliendo los diez mandamientos. Debemos dejar la búsqueda desenfrenada del dinero. Hacemos uso del dinero de la nación y de los demás, eso es codicia», dijo Urosa.
Al lugar acudieron más de 500 personas, quienes en su mayoría aplaudieron la presencia del cardenal Urosa Savino, lo acompañaron en la misa y tomaron la hostia de sus manos.