La institución religiosa acotó que “el discurso agresivo de la dirigencia oficial hace más difícil la vida, mientras que el acrecentamiento del poder militar es una amenaza para la paz y la libertad”
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se puso a disposición y ofreció sus buenos oficios para un diálogo en el país y para el reencuentro de los contrarios.
A través de una exhortación, leída por el arzobispo de Maracaibo Ubaldo Santana, la Iglesia Católica expresó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene la obligación de cuidar un proceso revocatorio para este año, pues es un camino democrático y retrasarlo es una medida absurda que pone en peligro la estabilidad del país.
La CEV también llamó al Gobierno a permitir la entrada de medicamentos al país, para lo cual la Iglesia puso a la orden los servicios de Cáritas y otras instancias, reseñó el portal web de la televisora de noticias Globovisión.
Los obispos y arzobispos venezolanos, de igual manera, señalaron que es una necesidad que se abra la frontera entre Venezuela y Colombia.
La CEV declaró en el exhorto de su 106 Asamblea que en Venezuela ha disminuido drásticamente la calidad de vida de los venezolanos y que la población se encuentra al borde de una crisis sanitaria y alimentaria de consecuencias impredecibles.
La institución religiosa acotó que el discurso agresivo de la dirigencia oficial hace más difícil la vida, mientras que el acrecentamiento del poder militar es una amenaza para la paz y la libertad.
La CEV considera que el Gobierno y los otros poderes no están haciendo lo suficiente para reconstruir una democracia resquebrajada y que la corrupción en los organismo del Estado se ha incrementado.
Los obispos y arzobispos, por otra parte, sostuvieron que desconocer la autoridad legítima de la Asamblea Nacional deslegitima a quienes así actúan y atribuyen la raíz de los problemas de Venezuela a un modelo político totalitario que un Gobierno se empeña en mantener.
Ciudades en “toque de queda”
“El auge de la delincuencia y de la impunidad entorpecen el ordinario quehacer de la gente y provocan en ciudades o poblaciones grandes y pequeñas un verdadero toque de queda”, reza otro extracto del comunicado. En ese sentido, monseñor Ubaldo Santana se refirió a la agresión de los seminaristas en Mérida.
La CEV asegura que “los venezolanos estamos atravesando por un momento crucial en los campos moral, económico, político y social. Ha disminuido drásticamente la calidad de vida; la escasez y carestía de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios se están llevando al borde de una crisis de seguridad alimentaria y sanitaria con consecuencias sociales impredecibles. En la vida pública crecen la inseguridad, la impunidad y la represión militar”.