El objetivo declarado del castigo estadounidense es presionar al Gobierno comunista y entorpecer su acceso al sistema financiero mundial
Aunque Corea del Norte ha sido objeto de castigos en numerosas ocasiones, la administración de Barack Obama ha anunciado que por primera vez Estados Unidos impondrá sanciones directamente a su líder, Kim Jong-un, así como a otros diez altos funcionarios del país asiático por los abusos de derechos humanos cometidos por su régimen.
De esta manera, Kim pasa a engrosar una lista de dirigentes sancionados por EEUU que en el pasado recogía nombres como el del sirio Bashar Asad, el libio Muamar Gadafi, el zimbauense Robert Mugabe o el iraquí Sadam Husein. En esta ocasión, el objetivo declarado de este castigo es presionar al Gobierno comunista y entorpecer su acceso al sistema financiero mundial.
Washington considera a Kim como el «último responsable » de los «notorios abusos de los derechos humanos en Corea del Norte», ha declarado en un comunicado el subsecretario del Tesoro estadounidense, Adam J. Szubin. Según el texto, bajo el liderazgo del joven Kim, este país «sigue inflingiendo una crueldad y sufrimiento intolerables a millones de personas de su propio pueblo, incluidos asesinatos extrajudiciales, trabajos forzados y tortura».
El anuncio se ha producido después de que el Congreso estadounidense recibiera un informe del Departamento de Estado. El portavoz de esta institución, John Kirby, ha afirmado que la mayor parte de estas violaciones se han cometido en campos de prisioneros políticos, «donde se encuentran entre 80.000 y 120.000 personas, contando niños y familiares de los detenidos», ha añadido.
Además de al último líder de la saga de los Kim, las sanciones afectarán a otros diez altos funcionarios norcoreanos y a cinco entidades del país, que verán congeladas todas las propiedades que puedan tener bajo jurisdicción estadounidense. La medida implica también que ningún ciudadano de los EEUU podrá realizar transacciones financieras con ellos.
La potencia americana espera que estas sanciones provoquen «un efecto dominó en todo el mundo», ya que los bancos y entidades financieras internacionales usan la lista de individuos y entidades sancionadas por el Tesoro «para medir el riesgo» de negociar con alguien, ha declarado un funcionario estadounidense a Efe.
«La inclusión en esta lista hace arriesgado que cualquier entidad mundial albergue las propiedades de estos individuos en cualquier lugar del mundo», ha apostillado esta fuente. Además, este castigo tiene el efecto de «acabar con el anonimato» bajo el que operaban muchos de los funcionarios norcoreanos identificados como violadores de derechos humanos.
Para Victor Cha, experto en Corea del Norte y analista del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, las sanciones anunciadas suponen una escalada en los intentos de Obama por forzar al Gobierno norcoreano a retomar el diálogo sobre su programa nuclear.
«Básicamente, han tomado la decisión de que su mejor oportunidad para lograr retomar las negociaciones con Corea del Norte es seguir el modelo seguido con Irán, ejercer tanta presión como se pueda sobre el régimen con la esperanza de que en última instancia tenga que volver a las conversaciones», ha declarado el experto al diario The New York Times.
Aparte del ‘líder supremo’, en la lista aparecen nombres como el de Ri Su-yong, vicepresidente del Partido de los Trabajadores norcoreano; O Kuk-ryol, vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional; Hwang Pyong So, vicemariscal y director del buró político del Ejército Popular; o Choe Pu-il, ministro de Seguridad Pública, encargado de los campos de trabajos forzados y de implementar las políticas de censura en el país. El Departamento de Estado ya ha anunciado que actualizará la lista periódicamente con otros posibles violadores de la ley.
Corea del Sur ha expresado su satisfacción ante estas medidas, que «demuestran su compromiso (de EEUU) con el refuerzo de las sanciones contra Corea del Norte en múltiples frentes», han evaluado las autoridades en un comunicado.