Científicos australianos han descubierto que el esperma de los cocodrilos de estuario puede servir como modelo para investigar la infertilidad en los seres humanos, según un estudio divulgado este miércoles.
«Esperamos utilizar al cocodrilo como modelo para entender las funciones del esperma a niveles básicos y ver si podemos aplicar (este conocimiento) para tratar la infertilidad en nuestra propia especie», dijo Brett Nixon, biólogo reproductivo de la Universidad de Newcastle en Australia y líder de este estudio.
Nixon explicó que muchos casos de infertilidad masculina están vinculados a defectos en el esperma, que en condiciones normales emerge de los testículos en una forma inmadura y debe exponerse a ciertas condiciones en los tractos reproductivos del hombre y la mujer antes de poder fertilizar un óvulo.
Antes de ser activados, «parecen normales pero no tienen la capacidad de nadar y creemos que no tienen la habilidad de reconocer un óvulo y participar en la fertilización», explicó Nixon a la cadena local ABC.
Hasta la fecha se creía que el proceso de la maduración del esperma era único en los mamíferos y que el caso de los cocodrilos era similar al de las aves, es decir, que una vez que salían de los testículos eran capaces de fertilizar.
Sin embargo, el estudio liderado por Nixon sobre el esperma de los cocodrilos de estuario de Australia revela que éste se comporta de forma parecida a los espermatozoides de los mamíferos, incluidos los seres humanos.
Para este estudio, los científicos recolectaron el esperma de varios cocodrilos de estuario australianos, los cuales estaban sedados, y los incubaron en condiciones similares a los de un tracto reproductor femenino.