Lo del domingo pasado es muy triste y doloroso para nosotros los venezolanos, pues, teniendo un país rico en minerales, estamos atravesando muchas penurias por las malas políticas públicas que tenemos en lo social, en lo económico, y muy especialmente en el turismo
Otra mala imagen
Un número importante de venezolanos cruzó el domingo pasado la frontera colombo-venezolana, que une a Norte de Santander con el Estado Táchira y al estado Apure con el Arauca, en busca de alimentos de primera necesidad y medicinas.
Más de 35 mil personas pasaron a Cúcuta desde San Antonio, Ureña, y otra cantidad no estimada lo hicieron entre Apure y el Arauca. Esta triste noticia fue trasmitida por la prensa mundial por sus características noticiosas y logró impacto social tanto en persona como en el tema de la escasez y desabastecimiento de productos de primera necesidad y medicamentos en el territorio venezolano.
Esta noticia, que no es mediática sino cierta, le ha dado otro golpe muy duro al Motor Productivo del Turismo, ya que en este negocio, pocos turistas van a un país donde hay escasez y desabastecimiento de alimentos y medicina. Lo del domingo pasado es muy triste y doloroso para nosotros los venezolanos, pues, teniendo un país rico en minerales, estamos atravesando muchas penurias por las malas políticas públicas que tenemos en lo social, en lo económico, y muy especialmente en el turismo. Como venezolanos le debemos agradecer al hermano pueblo colombiano ese tan singular apoyo de permitirnos comprar alimentos y medicinas, y muy encarecidamente al gobernador del Norte de Santander, William Villamizar, quien en sus declaraciones indicó “que este domingo se permitió el paso de venezolanos a Cúcuta para que puedan adquirir productos de primera necesidad; lo hacemos con gran expectativa y mucho cariño».
Así mismo, agradecemos a las autoridades policiales por el extraordinario trato y apoyo que brindaron a los venezolanos.
La imagen del pasado domingo, es una mala proyección del país en los mercados internacionales del turismo, ya que estos mercados no están viendo las bellezas de nuestros paisajes, ni de nuestra gente, sino que están viendo a un destino con hambre e inseguro. Y como dice la Biblia: “Por sus hechos los reconoceréis”.