La ministra de Fomento en funciones y cercana colaboradora del jefe de gobierno de derecha saliente, Ana Pastor, de 58 años, fue elegida como presidenta del Congreso de los Diputados en la jornada inaugural de la XII legislatura de la democracia española
El presidente de gobierno en funciones español, el conservador Mariano Rajoy, logró colocar este martes a una aliada de su partido al frente del parlamento gracias a un acercamiento con el centro, mientras sigue a la caza de votos para poder ser investido.
La ministra de Fomento en funciones y cercana colaboradora del jefe de gobierno de derecha saliente, Ana Pastor, de 58 años, fue elegida como presidenta del Congreso de los Diputados en la jornada inaugural de la XII legislatura de la democracia española.
Obtuvo 169 votos frente a los 155 del hasta ahora presidente de la Cámara Baja, el socialista Patxi López, gracias a una alianza entre el Partido Popular de Rajoy (137 diputados) y la formación liberal de centro Ciudadanos (32).
Pastor anunció que acudirá este miércoles al palacio de la Zarzuela a informar oficialmente al rey Felipe VI que el Congreso está constituido, tras lo cual el monarca convocará a los jefes de los partidos a reuniones para decidir si encarga a Rajoy la formación de un gobierno.
«Tenemos que trabajar para llegar a acuerdos lo más pronto posible para que haya un gobierno estable en España», clamó Pastor ante periodistas, en medio de un bloqueo político que ha mantenido al país desde diciembre bajo un gobierno en funciones limitado a gestionar el día a día.
«Yo quiero gobernar y pido que se me deje gobernar (…) pido que no haya bloqueo», lanzó de su lado Rajoy, al admitir que aún no cuenta con los apoyos suficientes para ir a una votación de investidura.
Aunque preferiría llegar a acuerdos para garantizar un gobierno estable con capacidad de encarar los retos del país, Rajoy adelantó el lunes que estaría dispuesto a liderar un Ejecutivo en minoría con los 137 diputados de su partido.
Entendimiento o elecciones…
Las elecciones de diciembre produjeron un Parlamento muy fragmentado en cuatro grandes grupos, el PP, los socialistas del PSOE, el partido antiausteridad Podemos y Ciudadanos, que no pudieron formar alianzas y llevaron al país nuevamente a las urnas.
En esas legislativas del 26 de junio el PP salió reforzado, pero con 137 de los 350 diputados del Congreso volvió a quedar lejos de la mayoría necesaria (176) para gobernar en solitario.
Frente a este panorama, el jefe de gobierno saliente se encuentra en plena búsqueda de aliados para formar un nuevo gabinete.
Tras una primera ronda de contactos con los partidos rivales, Rajoy solo obtuvo la oferta de Ciudadanos de abstenerse en una votación de investidura, lo que todas maneras no le es suficiente.
Hasta ahora, el PSOE, que con 85 escaños tiene el poder de torpedear o permitir con una abstención cualquier investidura, ha dicho que votará en contra de Rajoy, lo mismo que Unidos Podemos (71 sillas), coalición antiausteridad de Podemos e Izquierda Unida.
«Muchos españoles, estoy convencido, quieren que este país se ponga en marcha», dijo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Los socialistas deberían imitar a la formación liberal y comprometerse a una abstención, que permitiría un gobierno en minoría de Rajoy, afirmó.
«El PSOE y el PP no pueden seguir en la guerra fría», aseveró Rivera.
AFP