En un intento por apaciguar el miedo y las críticas, el gobierno francés convocó el sábado a miles de policías reservistas para incrementar las medidas de seguridad en todo el país, después de que el grupo Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad por el ataque en Niza el Día de la Bastilla que las fuerzas de seguridad no lograron impedir.
Desde la costa de esa ciudad turística hasta la sede de la política francesa en París, se lanzaron duras críticas al gobierno socialista del presidente Francois Hollande, cuestionándole cómo un país que aún está en estado de emergencia tras las masacres previas efectuadas por los extremistas islámicos, pudo permitir que esto sucediera de nuevo.
AP