El principal impulsor del revocatorio, el excandidato presidencial y gobernador de Miranda, Henrique Capriles anunció que el miércoles y jueves habrá manifestaciones en todo el país para dar impulso a la segunda fase de recolección de firmas (20 % del Padrón Electoral)
La oposición venezolana se prepara para la segunda batalla en su propósito de revocar al presidente Nicolás Maduro este mismo año, con el tiempo en contra y la maquinaria chavista volcada de lleno para impedirlo.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) recibió este martes la certificación del Consejo Nacional Electoral (CNE) para solicitar el referendo revocatorio, tras superar la primera fase del proceso con la validación el lunes de 200.000 firmas que la acreditan como grupo promotor de la consulta.
«Aquí tenemos el reconocimiento del sacrificio, del esfuerzo del pueblo venezolano», declaró Juan Carlos Caldera, representante de la MUD ante el CNE, mostrando la constancia en la sede del organismo.
Principal impulsor del revocatorio, el excandidato presidencial Henrique Capriles anunció que el miércoles y jueves habrá manifestaciones en todo el país para dar impulso a la segunda fase de recolección de firmas.
Con el certificado, la MUD solicitaría este mismo martes el referendo. Si el CNE lo acepta -tiene 15 días continuos para responder- se irá a la segunda etapa: la recolección de cuatro millones de firmas (20 % del padrón electoral) necesarias para activar la consulta popular.
Entonces el CNE tendrá 15 días hábiles para fijar la fecha y centros de recolección de esas rúbricas, que deberán ser recabadas en tres días. Luego tomará otro lapso igual para contarlas y tres meses para organizar el referendo.
“Un paso duro y largo”…
«El siguiente paso será tan duro y largo como el primero. El juego potencial del CNE no es evitar sino demorar el referendo revocatorio. Y ese juego no ha terminado», aseguró el analista Luis Vicente León, para quien «la sola recolección de (4 millones de) firmas sería un durísimo golpe político que el chavismo querrá evitar».
El constitucionalista José Ignacio Hernández calcula que si el CNE usa los lapsos máximos, «el referendo podría darse, como máximo, el 4 de enero de 2017», pero si tan «solo se retrasa la mitad de lo que se retrasó en la fase del 1%, se daría hacia abril de 2017».
Se haga o no en 2016, la oposición debe superar sus diferencias internas y no abandonar «su lucha por el referendo», incluso «si el final de la historia es una negociación», sostuvo de su lado León.
Un epílogo incierto, pues una comisión de expresidentes extranjeros que impulsa un diálogo aún no logra un cara a cara entre las partes, en una crisis cada vez más polarizada.
María Isabel Sánchez / AFP