Las inundaciones que azotan Luisiana (EE.UU.) desde el fin de semana ya han dejado al menos 13 muertos y forzado el rescate de unas 30.000 personas, lo que llevó hoy a un diario local a pedir al presidente estadounidense, Barack Obama, que acorte sus vacaciones para visitar el estado.
Las muertes de una anciana y de un hombre cuyo cuerpo fue hallado en un bosque, ambos en la parroquia (condado) de Livinsgton, elevaron a 13 la cifra de fallecidos por las inundaciones, que han provocado daños en unas 40.000 viviendas, según autoridades estatales citadas hoy por el diario de Nueva Orleans Star-Picayune.
Las víctimas se suman a las confirmadas hasta ahora por el Departamento de Salud de Luisiana, según el cual la zona más afectada fue la de la parroquia de Baton Rouge este, con cinco muertes, mientras que en la parroquia de Tangipahoa se registraron tres, dos en la de St. Helena y la restante en la de Rapides.
El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Jeh Johnson, visita hoy a Luisiana para reunirse con funcionarios locales y estatales y revisar la respuesta a las inundaciones, que están entre las más fuertes registradas nunca en el estado.
El presidente Obama, que está de vacaciones en Martha’s Vineyard (Massachusetts) ha aprobado el desembolso de fondos federales para responder al desastre y sus asesores le informan periódicamente sobre las novedades en Luisiana.
Pero eso no es suficiente para el diario con más circulación en Luisiana, The Advocate, que hoy pidió a Obama no repetir el error del expresidente George W. Bush, que también estaba de vacaciones cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans en 2005 y fue criticado por la lentitud de su respuesta.
“Hemos visto esta historia antes en Luisiana, y no merecemos una secuela”, indicó el periódico en un editorial.
“Si el presidente puede interrumpir sus vacaciones para un ostentoso acto de recaudación de fondos para la candidata demócrata Hillary Clinton, como hizo el lunes, seguramente pueda hacer tiempo para presentarse en el lugar de una catástrofe que ha desplazado a miles de personas”, agregó el rotativo.
Durante su presidencia, Obama ha respondido generalmente a los desastres naturales con conversaciones con los funcionarios locales y la aprobación de asistencia federal, aunque también ha visitado algunas comunidades afectadas, como Nueva Jersey después del paso del huracán Sandy en 2012 u Oklahoma tras un tornado en 2013.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, explicó este miércoles rueda de prensa que 8.000 personas seguían en refugios y que otras 30.000 fueron rescatadas.
Grandes extensiones de territorio siguen bajo el agua y unas 40.000 viviendas están anegadas, lo que recuerda al desastre del huracán Katrina en 2005, aunque en ese caso la cifra de muertos fue muy superior, con unos 1.800.
Además, al menos 70.000 personas se han inscrito como afectados de las inundaciones para recibir ayudas del Gobierno federal.
El vicepresidente de operaciones ante desastres de la Cruz Roja, Brad Kieserman, dijo este miércoles en un comunicado que el coste de la respuesta a las inundaciones será de al menos 30 millones de dólares, y aseguró que se trata del “peor desastre natural en EE.UU. desde el huracán Sandy” en 2012. EFE
YM