La parchita, también conocida como fruta de la pasión, es de sabor agridulce y exótico. Posee un alto contenido de agua y fibras convirtiéndola en un alimento funcional para prevenir el estreñimiento, reducir los niveles de colesterol en sangre y mantener el azúcar en sus límites, en caso de las personas con diabetes.
También resulta apropiada para las personas con sobrepeso, pues su alto contenido de fibra permite que produzca efecto de saciedad, ayuda a combatir el insomnio, la depresión, el estrés, la tiroides, la menopausia y el síndrome premenstrual.
Asimismo, contiene vitaminas A y C, las cuales le otorgan al organismo la capacidad de prevención de enfermedades del sistema cardiovascular. Así como ayuda al cuidado de la piel, el cabello, la visión y el sistema inmunológico.
Lo que hay que tener cuidado es con el azúcar añadido, que en estos casos debe sustituirse por edulcorante.
La parchita se puede consumir en ensaladas crudas, jugos, cócteles o en la preparación de postres como helados y tortas.
Esta fruta está lista para ingerir cuando su cáscara presenta arrugas.
¿Quiénes deben limitar su consumo?
Esta fruta posee grandes cantidades de potasio, por lo que personas con problemas renales deben consumirlo de manera regulada. Además las mujeres embarazadas o en período de lactancia no la deben consumir por la presencia de agentes alcaloides uterotóxicos.