Hay que actuar con rapidez, contundencia y fuerza para detener ese arrebato de todas esas mafias que gotean los principales alimentos que debe consumir la familia venezolana
Si algo está claro para la gente que vive, siente y defiende esta patria, es la imperiosa necesidad de parar esta locura del alma irracional de los grupos opositores, que han prostituido la cultura política, inclusive de sus propios partidarios, llevándolos hasta los grandes arrebatos de “romulito”, ese personaje negativo y siniestro que preside la Asamblea Nacional.
De verdad, no podemos permitir y tolerar que desde ese espacio legislativo se siga propiciando todo tipo de evento que atente contra el Estado y el gobierno, produciendo una tensa inestabilidad.
Tampoco se puede permitir ni darle largas al asunto relacionado con el alimento del pueblo venezolano, que gracias a la “política del absurdo” puesta en práctica por los grandes empresarios productores, está siendo restringido por parte de esos detestables sectores “todopoderosos” que juegan con el estómago y la dignidad de la familia venezolana.
Por ello hay que actuar con rapidez, contundencia y fuerza para detener ese arrebato de todas esas mafias que gotean los principales alimentos que debe consumir la familia venezolana.
Insisto en esto de la familia porque es, en verdad, la que más está siendo golpeada por esas prácticas perversas, donde se utiliza el alimento como arma de guerra político-económica.
Por ello hay que partirle la espina dorsal a esta “guerra económica” y aplastarles el alma a todos esos seres humanos miserables que disminuyeron la producción de alimentos, a los que acaparan, a los que bachaquean y a los que especulan.
Hay que ir por ellos, porque junto a la clase política opositora, en una alianza proterva, están atizando el fuego que pudiera volver cenizas las esperanzas de esta gran nación.
Precisamente es aquí donde el gobierno, con todos los instrumentos que le otorga el texto constitucional, debe someter, con las armas de la razón si es necesario, a todos esos sectores para que cesen en ese empeño perverso de obtener el poder a costa del hambre y la desesperanza de todo un pueblo.
Esa actitud miserable que han asumido todos esos grupos opositores al gobierno y a la revolución es detestable desde todo punto de vista, porque no solo atenta contra la estabilidad de la república, sino que vulnera los derechos humanos de toda la nación, fundamentalmente el derecho a la alimentación de los hijos y de las hijas de esta patria.
Y partirle la espina dorsal a esta guerra económica pasa por aplicar la justicia con todo el peso y el sentido de la ley. Ya basta de tanta impunidad y que a la vista de todos se humille al pueblo, sometiéndolo para que diariamente muerda el polvo del hambre y la miseria inducida.
Sabemos de los grandes esfuerzos que hace el gobierno revolucionario para romper esta celada de guerra criminal que han impuesto los sectores poderosos. De allí que no hay que desmayar ni un instante en enfrentarlos. No le tengamos miedo, sino que vamos con todo hasta someterlos con la justicia y la verdad.
Hay que dar el zarpazo final y arrebatarles todos los canales de distribución y comercialización y obligarles imperativamente a producir, porque Estado que se respeta se hace obedecer. Recordemos que la esencia del capitalismo es la usura y la esencia del socialismo es distribuir, de allí que estemos listos para arrebatarles sus medios de producción y acabar con esta absurda guerra económica.
Eduardo Marapacuto
aporrea.org