No fue, ni es casual entonces, la embestida sistemática del imperialismo, en alianza con sectores oligárquicos, contra los gobiernos “incómodos” de países del sur
El Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), oficializado el 6 de septiembre de 1961 desde la ciudad de Belgrado, capital de la hoy desintegrada Yugoslavia, formado entonces por 25 jefes de Estado y/o de Gobierno, cumplió esta semana cincuenta y cinco años de esfuerzos diplomáticos y políticos para subsistir, consolidarse y desarrollarse.
Sobre todo, Mnoal ha dado cientos de batallas comunicacionales en el complejo Sistema de Naciones Unidas (dada la no obligatoriedad en el cumplimiento de sus acuerdos) para ir modificando la opinión pública mundial a favor de las causas justas, enarboladas por sus actuales 120 países miembros.
He ahí un elemento clave de su vigencia, ya que la opinión consensuada de los No Alineados (constituyen más del 60 % de los miembros totales de la ONU) direcciona significativamente los acuerdos tomados en materia política, económica y social. Por ello, en el contexto de coyunturas internacionales signadas no solo por los intereses de las grandes potencias, sino también de las llamadas potencias emergentes, muchas integrantes del Mnoal, los acuerdos ahí tomados tienen mucha significación para las decisiones de los gobiernos enfrascados en transformar sus países, por constituir un respaldo mundial que abre muchos cauces para el intercambio de provecho mutuo entre las naciones, algo que no es del agrado ni de Wall Street, ni de la Casa Blanca.
No fue, ni es casual entonces, la embestida sistemática del imperialismo, en alianza con sectores oligárquicos, contra los gobiernos “incómodos” de países del sur. Los golpes de Estado a fundadores del Mnoal como A.Sukarno (Indonesia), K.Nkrumah (Ghana), A.Karim Qasim (Irak), Saud IV (Arabia Saudi) o M.Keita (Mali), son vivos ejemplos de gobiernos convertidos en blancos de la agresión neocolonial. Igualmente, los asesinatos de Indira Ghandi (India), o la llamada “primavera árabe” contra H.Mubarak (Egipto), siendo ambos presidentes pro témpore del Mnoal, fueron acontecimientos enmarcados en esa paranoia ultraconservadora que amenaza a la humanidad con una nueva guerra mundial.
Hoy esa fuerza reaccionaria sigue llevando a cabo diversas acciones para tratar de que el gobierno bolivariano no obtenga el éxito esperado con la XVII Cumbre en Margarita. Pero la vigencia del Mnoal como consenso mundial y la voluntad de paz del pueblo venezolano se unirán para hacer de esta Cumbre un gran éxito de todos los pueblos.
Ernesto Wong Maestre