Parece exigirse a los ciudadanos que tienen que remediar los problemas que no han logrado resolver ni asumir los políticos, aun sabiendo que ni siquiera la realización de nuevas elecciones transformaría el actual escenario político
La nueva clase política encubre su negligencia apelando a la culpa del otro en todo lo relacionado con los problemas del país. En este sentido, ninguno de los dos sectores en pugna asume su responsabilidad en la crisis, sino que únicamente atinan en señalar al otro como el único responsable de las dificultades que atravesamos los venezolanos. Parece exigirse a los ciudadanos que tienen que remediar los problemas que no han logrado resolver ni asumir los políticos, aun sabiendo estos últimos que ni siquiera la realización de nuevas elecciones transformaría el actual escenario político. El desprestigio de la nueva clase política representa una amenaza a la salud pública del país. Y no solo por la desidia o la pasividad con la que se comportan sus representantes. También porque puede crearse un caldo de cultivo de la antipolitica, que pudiera aglutinar y capitalizar el descontento.
En el sector oficial no hay voces ni sectores críticos en el Psuv, ni siquiera dirigentes regionales con la autoridad suficiente para considerarlos líderes de una corriente de opinión propia, o algo distinta a la oficial. El gobierno controla al Psuv totalmente desde hace tiempo. Y así seguirá ocurriendo, al menos hasta que se pierda definitivamente el poder. Del lado opositor, se ha evidenciado su incapacidad para poder capitalizar el resultado electoral obtenido el 6 D. Sus rivalidades internas impidieron que se acordara una política coherente que pudieran plantarle al país una alternativa al gobierno. Anunciaron al tomar posesión de la AN que luego de 6 meses anunciarían el método «democrático» para sustituir al presidente. Sin embargo, terminaron anunciando que utilizarían todas las propuestas planteadas por cada una de las organizaciones que hacen vida en la MUD, al no haber podido llegar a un acuerdo en esta materia. El referendo revocatorio se ha posicionado en el escenario opositor más como un descarte de las otras opciones, que como un planteamiento en conjunto.
Un hecho que ha pasado prácticamente desapercibido de la opinión pública. Es que en Venezuela solo dos organizaciones políticas están formalmente constituidas y no son otras que la MUD y el Psuv, lo que pudiera evidenciar un claro intento de institucionalizar la polarización y avalar legalmente al nuevo bipartidismo, para que de esta manera el partido de gobierno pueda hacer un uso exclusivo y excluyente del legado del comandante Chávez, y la MUD poder monopolizar las políticas que estén dirigidas a sustituir al gobierno, en lo que pareciera un pacto no escrito para asegurarse la eventual alternancia en el poder y que cualquier opción política distinta se convierta en «polvo cósmico y arena de playa».
Alfonso Hernández
aporrea.org