Es una nación suramericana en crisis: las empresas cierran, los precios de la comida se disparan y los hospitales se quedan sin suministros básicos como papel absorbente y vendajes.
No, esto no es Venezuela, sino la cercana Surinam, una excolonia holandesa multiétnica donde la economía está en caída libre debido al colapso global de los precios de materias primas y del desplome de la moneda local frente al dólar.
La vida se ha hecho muy difícil en este aislado país de unas 540.000 personas en la costa nordeste de Sudamérica, que según el Banco Mundial tiene ahora la tercera tasa de inflación más alta del mundo, por detrás de Venezuela y Sudán del Sur.
El Fondo Monetario Internacional, que autorizó un préstamo en mayo de 478 millones de dólares a Surinam, espera que la economía se contraiga un 2% este año. La Oficina de Estadística de Surinam señaló que la inflación está en un 64 interanual, desde la media del 4% entre 2013 y 2015.
Los principales motivos para el colapso son la caída de los precios para las principales exportaciones de Surinam —oro y petróleo— y el cierre el año pasado de la refinería de aluminio Alcoa, que fue durante mucho tiempo un pilar de su economía.
AP