En la óptica ideológica del Gobernador de Miranda, Venezuela no está sometida a una guerra económica, enmarcada dentro de la estrategia oligárquica-imperial orquestada para derrocar al gobierno bolivariano, sino todo lo que aquí acontece es consecuencia del estatismo que impide a los factores económicos desenvolverse libremente
Henrique Capriles, nuevamente, nos acaba de centrar la atención con uno de esos anuncios destemplados con los que sorprende a los mirandinos cada cierto tiempo; en esta oportunidad le correspondió el turno a la cuestión alimentaria, lanzando un decreto en el que declara la emergencia en ese renglón en el estado Miranda.
Como es harto conocido, Capriles, cuando no está viajando, por lo cual ha sido calificado con el cognomento de gobernador ausente, actúa no como gobernante del estado donde fue electo, tal como le pautan las leyes de la república, sino para intentar desestabilizar al país, importándole muy poco si para ello tiene que adoptar posturas hipócritas, demagógicas u oportunistas; en realidad es Capriles quien debería declararse en emergencia; veamos lo siguiente.
PAE en peligro
Capriles, en rueda de prensa, sustentándose en lo que denomina el problema de la falta de alimentos, anunció la promulgación de un Decreto de Crisis Alimentaria en toda la geografía regional, en el marco del inicio de las actividades escolares, pues, según consideró, “las mayores dificultades para acceder a los alimentos se dan especialmente en niños en edad escolar… y según una encuesta que hicimos durante julio y agosto, 50 % de los niños se va a la cama con hambre, es decir, la mitad, y casi un tercio, la única comida que hace al día es en su escuela”; de allí, enfatizó, que “todos nuestros esfuerzos van a dirigirse a que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) en nuestro estado siga funcionando», pese al peligro de que dicho programa se extinga por los problemas existentes.
Por ello, explicó que con el decreto de emergencia se plantea buscar el apoyo y la suma de esfuerzos del sector privado y de Organizaciones No Gubernamentales y de quienes quieran dar donaciones para garantizar y darle prioridad a la alimentación de los niños.
«No es problema de distribución”
Por otra parte, haciendo gala, de la “sapiencia” que le es característica, ponderó que “todos sabemos que el problema de la falta de alimentos es consecuencia de la no producción, no de un problema de distribución como se le quiere hacer creer a la gente”.
Como observamos, para el “estadista” Capriles el quid del problema se centra en la producción y, aún cuando no lo dice expresamente, se entiende que, en su criterio, esto es consecuencia, de las políticas económicas del Gobierno Nacional. Para él, la distribución, y todo lo que lleva implícito, no tiene mayor relevancia pese a las irregularidades que cada día se detectan en cuanto a la escasez y acaparamiento de alimentos y de otros productos básicos.
En la óptica ideológica de Capriles, tergiversadora de la realidad, Venezuela no está sometida a una guerra económica, enmarcada dentro de la estrategia oligárquica-imperial orquestada para derrocar al gobierno bolivariano, sino todo lo que aquí acontece es consecuencia del estatismo que impide a los factores económicos desenvolverse libremente y desarrollar sus iniciativas productivas, es decir, la culpa es del modelo económico chavista.
De allí, de acuerdo con esta apreciación, Consecomercio, por ejemplo, no tiene nada que ver con la escasez, acaparamiento y especulación, pronunciada y crecientemente existente en el país desde hace tres años. Como que si no estuvieran guiándose por el manual desestabilizador que el imperialismo ha puesto en práctica en diferentes latitudes y de cuya aplicación, naturalmente, Capriles, no es ajeno.
Práctica conocida
Por ello tiene absoluta pertinencia requerirle a Capriles por qué en su condición de gobernador no se rige por la Constitución del Estado Bolivariano de Miranda que, en su artículo 22, numerales 16 y 19, establece específica y respectivamente su competencia para velar por “la protección a los productores, al consumidor…” y “la protección de la producción agropecuaria, de la agricultura, de la industria…”, es decir, para impulsar la producción; pues, por la misma razón por la que no actúa en defensa de los mirandinos, a pesar de contar con atribuciones y recursos para hacer frente a las mafias de comerciantes especuladores que los agreden de manera inmisericorde con sus prácticas acaparadoras y especulativas.
Ante esta indisposición para promover la producción y enfrentar el acaparamiento y la especulación, es que Capriles, por decir lo menos, es hipócrita y oportunista, así como en su planteamiento de preocupación por la alimentación de los escolares luce como un redomado demagogo cuando hay la evidencia de que en su presupuesto de gastos no hay ninguna providencia que haga pensar que tenga preocupación real por la alimentación de los escolares inscritos en las escuelas estadales; situación contraria a lo que acontece con los alumnos de las escuelas bolivarianas, cuya alimentación está garantizada por el gobierno bolivariano durante todo el año escolar, según lo contempla, con todo y la crisis, el Plan de la Patria, modelo tan vilipendiado por la derecha apátrida.
Ya esta es una práctica conocida, es la misma que Capriles aplica con los trabajadores de la gobernación, en especial con los del área educativa. Las deudas que tiene contraídas con ellos no los incorpora en su presupuesto ordinario, para luego argüir que el problema está en que el Gobierno Nacional no le baja los recursos; de allí que cada año tenga que recurrir a créditos adicionales para cubrir estas necesidades. Así será también con los recursos para el mantenimiento del PAE a nivel de las escuelas estadales, con lo que quedará en evidencia el fulano Decreto de Crisis Alimentaria de Capriles.
Liderazgo en emergencia
Ahora bien, por su errática forma hacer política, es Capriles quien debe declararse en emergencia, además, con lo acontecido con su propuesta tardía y trampeada de Referéndum Revocatorio, su bandera de última hora, con más razón para que se asuma en emergencia, dado que en el ruedo opositor le han surgido competidores dispuestos a disputarle el liderazgo que hace 3 años lucía como indiscutible.
NOTAS PARALELAS / Miguel Ugas